Castella culminó una obra importante, de valor seco y seguridad al quinto, al que saludó con excelente son a la verónica. Con pases cambiados por la espada en el centro del ruedo y muy atalonado, comenzó una faena de emoción pasándose muy cerca a un toro que le costó romper hacia adelante. Otra vez acabó entre los pitones en una obra de peso. Un pinchazo previo a la estocada y el uso del descabello le privaron de pasear la segunda oreja.
Con variedad y temple saludó Castella a la verónica al segundo concatenando chicuelinas ademas de una larga de remate. El francés brindó al público una faena de buen son en la que acabó dándose un arrimón destacando al natural en ese terreno. Concluyó con bernadinas muy ceñidas antes de dejar una estocada al segundo intento siendo premiado con una oreja.
Salió muy dispuesto Morante para recibir al cuarto, al que saludó con varias largas y bellísimas verónicas en un saludo soberbio y de inspiración. El fondo que le faltó al toro lo puso Morante, que toreó con gran expresión al natural en una labor de detalles y de torería en la que incluso sufrió una voltereta en las postrimerías. Muy arrebatado, volvió para concluir por manoletinas muy toreras. Sin embargo, se dejó el premio con la espada siendo ovacionado.
Abrió plaza un toro de Juan Pedro Domecq de buenas hechuras con el que Morante se gustó a la verónica en acompasados lances. Apuntó mansedumbre ya de inicio el astado, que fue poco castigados en el tercio de varas, lo que hizo que Morante le recriminara al palco el precipitado cambio de tercio sin su consentimiento. No hubo forma de meterlo en la muleta pues huía del engaño y Morante cogió la espada sin fortuna. El propio maestro intentó apuntillarlo pero el astado de modo sorprendente rompió las tablas del burladero entrando al callejón. Fue allí donde lo descabelló Morante, que tuvo silencio.
Manzanares saludó al tercero con buenos lances antes de que el juampedro derribara al picador. El torero alicantino instrumentó una obra de elegancia y empaque que basó en la mano derecha que remató de una estocada tendida al segundo intento perdiendo el premio que había merecido. Otro bello saludo firmó Manzanares al sexto, con el que elaboro una labor in crescendo para acabar con rotundidad sobre la derecha y una gran estocada recibiendo de fulminante efecto. Se le pidió con fuerza la segunda oreja aunque el palco no tuvo a bien esa concesión.
Palma. Jueves 7 de agosto de 2025. Toros de Juan Pedro Domecq. Morante de la Puebla, silencio y ovación con saludos; Sebastián Castella, oreja y oreja; y José María Manzanares, ovación con saludos y oreja con petición de la segunda. Entrada: Lleno.
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