Ismael Martín, el torero del pueblo salmantino de Cantalpino, volvió a dar otro golpe en la mesa de la reivindicación con un triunfo contundente ante sus paisanos. Especialmente en su primero mostró recursos, variedad y torería, dando un paso adelante muy destacado. Mala suerte tuvo Damián Castaño con el percance en su segundo, que le impidió triunfar cuando tanto lo buscaba. Por su parte, el mexicano Diego San Román, que reapareció tras la lesión que sufrió en junio en Istres (Francia), mostró más entrega y ganas que objetivos.
Abrió plaza un toro colorao que pronto evidenció su falta de fuerzas. Bien Damián Castaño al llevarlo al caballo y afanado en la faena de muleta frente a la brusquedad del astado, que se quedaba corto y derrotaba a mitad del muletazo. Mató de pinchazo y estocada -y dos descabellos- que escupió el toro.
El segundo salió de toriles con un pitón partido. Fue devuelto, saliendo en su lugar un sobrero de la misma ganadería. El debutante en La Glorieta, Diego San Román, recibió al toro con un afarolado de rodillas. En la suerte de varas empujó y romaneó al caballo de Pedro Muñoz, que se agarró en una gran vara, aunque al final acabó derribado. Brindó al público un trasteo que tardó en alzar el vuelo por la poca fuerza del astado -aunque tuvo buen fondo de nobleza- que perdió las manos al bajarle la muleta. El mejicano rectificó, se fue a los medios y se arrimó para llegar a momentos de emoción con su entrega. Con unos jaleados cambiados puso final a su larga faena. Mató de estocada y dos descabellos.
Ismael Martín, triunfador de la pasada feria, volvía a comparecer ante sus paisanos y lo hizo frente a un toro que salió suelto y regresó al percal del torero para torearlo por delantales. Tras la suerte de varas, dejó un vistoso galleo por rogerinas. En banderillas puso a la plaza boca abajo con tres pares. Brindó al ganadero José Luis Valrubio y su esposa, siempre tan cercanos al torero. Brindó una importante faena, con dominio, mostrando su capacidad y recursos donde sobresalió su toreo al natural, aun con el hándicap del viento que se levantó en ese momento. Puso fin con un intento de bernadinas que debió de rectificar y acabó dando unos magníficos mulerazos por abajo. Mató de estocada. Dos orejas.
A toriles marchó Damián Castaño a recibir a su segundo, cuarto de la tarde, resultando arrollado. Se repuso y, aunque mermado, lanceó con despaciosidad y buen aire. Buen puyazo de Javier Martín. Damián, en unas condiciones físicas que le impidieron desarrollar con soltura su labor, con ostensible cojera y muy dolorido, hizo un esfuerzo sobrehumano ante el toro, con mucha sosería. Mató de estocada y descabello.
Diego San Román recibió al quinto por chicuelinas y remató el saludo con una revolera. El toro se acostó en el peto, sin emplearse y el inmediato tercio de banderillas resultó deslucido. Comenzó la faena de muleta con ceñidos muletazos junto a las tablas, para sacarlo después a los medios donde buscó el toreo fundamental ante un astado que se defendía. Buscó las cercanías, pero sin alcanzar brillo por la escasa condición del astado. Con unas manoletinas puso fin a la faena de muleta antes de matar de estocada con derrame.
El cierraplaza, aplaudido de salida y escurrido de carnes, no acabó de encelarse en el capote de Ismael Martín. En el caballo se arrancó de largo, aunque empleándose y empujando por el pitón derecho. De nuevo, el joven torero, armó un alboroto en banderillas con tres magníficos pares. En la faena de muleta dejó su buen sello, aunque con el inconveniente de lo parado que fue su toro, pese a buscarle las vueltas en un largo trasteo. Mató de pinchazo y estocada, y conquistó una nueva oreja.
Salamanca, sábado 13 de septiembre de 2025. Toros de Vellosino (2º bis), bien presentados y de juego desigual. El mejor, el tercero. Damián Castaño, ovación con saludos en ambos; Diego San Román, ovación con saludos tras aviso en ambos; Ismael Martín, dos orejas y oreja tras aviso. Entrada: Media plaza.
