El periodista Javier Hurtado pronunció este lunes en el Teatro Circo el pregón taurino de la Feria de Albacete, que estuvo marcado en todo momento por un cauce literario sobresaliente y un fondo taurino enciclopédico en el que se refleja las intensas vivencias taurinas del pregonero que le han acreditado una trayectoria profesional del máximo nivel.
En sus primeros párrafos animó a los jóvenes a presenciar un festejo taurino, “pues a su término tendrán un motivo más de celebración porque la Feria taurina de Albacete para quien la desconozca es la gran feria de septiembre de la temporada española”, subrayando los diez festejos de su abono “más de los que se han celebrado en Pamplona, Valencia y Bilbao. Los albaceteños pueden estar orgullosos de su plaza y de su feria taurina”, destacando el nivel del tipo de toro que se exige en Albacete con un recuerdo especial para distintos profesionales que participan en los festejos taurinos septembrinos, entre ellos, Pimpi de Albacete y el director de la banda de música, Alberto Nevado.
Desde la vertiente más personal manifestó que su atracción por el toro empezó en la niñez en el seno familiar y en la escuela a la que asistía y su vinculación muy fuerte a las hemerotecas, “donde supe de la existencia del primer matador de toros de Albacete, Mancheguito”. Posteriormente añadió que “el toro es el pilar de sustentación del edificio de la Tauromaquia”, lamentando que “por el camino de la selección interesada se fue perdiendo el ganadero y llegó el comerciante. Ciertamente el toro bravo ha sufrido una transmutación a lo largo de los años. La evolución del toro nos ha traído un espécimen nuevo, completamente transformado respecto al decimonónico y este toro nuevo gracias al trabajo de los ganaderos lleva mezclados en el excipiente de la bravura otros ingredientes que han tomado consistencia, tales como la nobleza, humillación, el ritmo y la durabilidad”.
Se refirió también a la amistad entre Manolete y el diestro albacetense, Manolo Navarro, comentando que la plaza de Valencia en los años cincuenta se puso de moda para tomar la alternativa y algunos albacetenses la eligieron para doctorarse para referirse a Dámaso González, “quien desveló el secreto del temple, quien metía seis, siete y más pases en las series. Y es que Dámaso no fue un torero a secas, sino un maestro en la lidia del toro”, enumerando posteriormente la legión de toreros en distintas generaciones surgidos de la inagotable cantera de Albacete.
Finalmente realizó un comentario sobre las combinaciones del abono taurino albacetense añadiendo que las críticas que han tenido “es algo que lleva aparejado el alumbramiento de cualquier cartelera”.
