Con un auténtico cornalón que inexplicablemente pasó desapercibido en la enfermería de la plaza de toros de Trujillo, –“de 20 centímetros o más desde el muslo hasta el ombligo”-, permaneció en el ruedo por la vía heroica hasta cortar tres orejas al lado de las figuras en la tarde de su alternativa. Toda una proeza que José Rojo recuerda para APLAUSOS desde el Hospital Universitario de Cáceres, donde permanece ingresado desde el pasado sábado.
Allí le descubrieron esa segunda trayectoria sobrecogedora después de que el parte médico de la plaza de toros hablara de una simple “herida punzante por asta de toro en la pierna derecha que afecta a piel y tejido celular subcutáneo con trayectoria ascendente pero sin lesión muscular aparente”. El torero afirma que hoy ha intentado ponerse de pie por primera vez “pero con muchos, muchos dolores, más de lo que pensaba”. Por eso sorprende aún más cómo fue capaz de mantenerse en el ruedo. “Me estaba muriendo de dolor, pero sentía que tenía que quedarme en el ruedo para no fallar a mi gente”.
-¿Cómo se encuentra?
-Con dolores. Estoy en planta pero sigo en observación porque me están vigilando la evolución, ya que la cornada es más extensa de lo que se pensaba. Me ha llegado hasta el ombligo. Me han tenido que abrir por varios lados del vientre para meterme una camarita para ver si había afectado a órganos vitales, aunque afortunadamente no ha sido así. Aún no me han dicho los días que tengo que estar aquí pero cada dos por tres viene un médico a verme.
-¿Cuándo le descubrieron esa extensa segunda trayectoria y a qué ha afectado?
-La extensión de la cornada va desde la parte superior del muslo a la altura de la ingle, todo para arriba. Y luego hay otra trayectoria que va hacia adentro que entra un dedo entero, que es la que vieron al principio los médicos en Trujillo, que me cosieron allí y… porque me mandaron para acá de casualidad, si no, la grande no me la hubieran ni visto.
-Hoy ha intentado ponerse en pie por primera vez.
-Sí, lo he intentado pero con muchos, muchos dolores. Dar un paso era algo muy grande así que voy muy despacio. Esto es muy doloroso, mucho más de lo que yo pensaba.
-¿Cómo es posible que con semejante cornalón pudiera mantenerse en el ruedo?
–Por amor propio, por mi gente y bueno… yo es que soy así. No sé explicarlo… Estaba muriéndome de dolor pero sentía que me tenía que quedar ahí para no fallar a mi gente y fue lo que hice.
-Aun así, no se quedó atrás de las figuras y cortó tres orejas en su alternativa.
-A pesar de la cornada tengo muy buen recuerdo porque los dos maestros con los que tomé la alternativa me arroparon muchísimo. Los toros fueron buenos, aunque me hubiera gustado que fueran mejores. Pero no tengo queja. Luego la cornada son cosas que pasan en esto, no quiero darle más vueltas. Echamos la tarde para adelante. Creo que la gente disfrutó y se quedó con muchas cosas especiales, tengo muy buen recuerdo a pesar de todo.
-Además hubo una gran entrada en una plaza de tanto aforo como Trujillo.
–Sí, yo creo que muy buena, la mejor en los últimos años. Fue una tarde muy bonita.
-¿Cree que esta heroicidad tendrá recompensa?
–Yo espero que sí, pero para mí lo más importante es tener la conciencia tranquila. Que lo di todo con lo que había, con una mano rajada porque unos días antes me rajé la mano matando un toro a puerta cerrada y tenía diez puntos en la mano que ya no aguantaba más y en el sexto me la tuvieron que dormir. Y con eso, más la cornada, di el cien por cien a pesar de no estar en plenas facultades físicas. Recompensa no sé si habrá, porque en los toros dos y dos no son cuatro pero yo tengo la conciencia tranquila y es lo único que me importa.
