Juan José Padilla habló en los micrófonos de nuestros compañeros del canal Toros, una vez que estoqueó al último toro de su vida. El jerezano, emocionado, afirmó: "Me queda la espina clavada por no haber podido regalar a esta plaza una faena redonda y haber podido sentir los olés tan profundo de La México. Estoy en deuda, pero me voy lleno de emotividad porque esta plaza me ha demostrado memoria, respeto y cariño, esto es lo más maravilloso que un torero se puede llevar".
Sobre la mala suerte en el sorteo con un lote de nulas opciones, confesó: "Si el toro no embestía, había que demostrar identidad, amor propio y reconocimiento a esta afición. Tenía que demostrar la voluntad máxima a una afición entregadísima. He dado todo lo que tenía en mi mano y quien da todo no está obligado a más. Pero me voy con la falta y la necesidad de sentir unas embestidas y de haber sentido el toreo aquí".