La tarde ha tenido dos nombres propios, Juan Leal y Clemente. Juan Leal dibujó en el primero una faena clásica basada sobre la mano izquierda. Fueron tres series largas y templadas rematadas detrás de la cadera, con el toro empapado en la pañosa. Volteado sin consecuencia a mitad de faena mató de un estoconazo contrario cortando un trofeo, escaso trofeo para una obra tan rematada.
El cuarto con su embestida cansina y con una clara tendencia a huir la pelea se enfrentó a un torero con ansias de triunfo. Faena porfiona premiada de un apéndice rematada de una estocada baja y de un golpe de verduguillo tras el fallo del puntillero de servicio.
Pinturera resultó la primera intervención de Clemente, que dejó detalles con la muleta frente a un animal noblón, despachado de una estocada perpendicular. Todo lo contrario ocurrió en el quinto, un animal de gran nobleza pero careciendo de fuerzas donde el de Burdeos construyó una obra sutil y exquisita, templada, de una gran expresión artística tanto en los pases fundamentales como en los remates. Toreo caro por parte de Clemente inspiradísimo en un trabajo de menos a más hasta en la recta final al dejar un estoconazo que mató al toro sin puntilla, cortando dos merecidas orejas.
Poca suerte tuvo Ángel Téllez con su lote de mediocres condiciones. Su primer enemigo bis no llegó a romper en ningún momento ni provocándole constantemente. Se silenció su labor al matar a la tercera. Bronco y remiso a embestir resultó el sexto, el sobrero de la corrida. El de Mora de Toledo anduvo afanoso por lo que fue aplaudido al abandonar la plaza tras finiquitarle de estocada trasera al cuarto intento.
Gamarde (Francia). Toros de José Cruz, el 3º como sobrero, bien presentados y con opciones en general. Juan Leal, oreja y oreja tras aviso; Clemente, ovación tras aviso y dos orejas; y Ángel Téllez, silencio tras aviso y palmas. Entrada: Tres cuartos.
