La espina

Juicios paralelos

Paco Mora
lunes 19 de septiembre de 2011

Los programas televisivos de la entrepierna le están haciendo un gran daño a la Fiesta de los Toros. Ahora la han tomado con Ortega Cano, un gran torero que fue y un hombre bueno que es y será siempre, porque con la bondad de corazón se nace. Lo han puesto en la platina del microscopio, y le están dejando el alma como el accidente de carretera que lo tiene postrado en una silla de ruedas le dejó el cuerpo. Viéndolo envejecido, triste y dolorido en su estado actual, cuesta entender que haya quienes se estén ensañando con él de tan mala manera. No sé si habría injerido algún tipo de bebida alcohólica antes del suceso que se llevó por delante la vida del conductor del otro vehículo. Eso le corresponde dictaminarlo a médicos y jueces. Pero un poco de humanidad sería deseable en quienes comercian tan alegremente con el buen nombre de un torero que es historia de la tauromaquia y que todavía está en manos de los médicos para tratar de recomponer su maltrecha salud.

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