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Fotos: JULIÁN LÓPEZ
Morante vio cómo el primero salía con síntomas de descoordinación. El presidente no lo devolvió y el sevillano lo despachó con celeridad. Bronca desde el tendido.
Tuvo nobleza el quinto, al que Morante saludó con disposición y entrega, rodilla en tierra. Dibujó un quite por mandiles, prólogo de una faena con torería y garbo, descrita con naturalidad y salpicada de resortes de otra época como un afarolado oriundo de Rafael El Gallo. Mató de estocada en buen sitio, desorejando al astado. El público no secundó la decisión del palco, considerando la faena de una sola oreja.
El Juli cortó la primera oreja de la tarde después de lidiar al segundo, un toro sin uniformidad en las embestidas al que el torero dio celo y sobre todo con la zurda, sin apretar al animal, se hizo con él. Cerró por luquecinas antes de amarrar el trofeo con una estocada de rápido efecto.
Lo mejor de la tarde vino en el sexto, de nombre Aguamiel, al que El Juli indultó después de una faena portentosa. El toro no paró de embestir y El Juli lo cuajó, primero dando sitio al animal y luego tomándolo más en corto, hasta conseguir con intensidad, hondura y ligazón poner al público en pie. Soberbio. Las dos orejas y rabo simbólicos fueron a parar a sus manos.
Tuvo buen inicio la faena de Manzanares al tercero, dos series con empaque, expresión y de excelente dibujo, pero que fue a menos cuando aquello cobraba altura, al rajarse el animal y aquerenciarse en tablas.
Se desfondó pronto el séptimo, toro que mientras duró lo hizo todo con calidad. Manzanares destacó en los primeros compases de la faena y tras concluir su obra fue ovacionado.
El cuarto fue devuelto, un toro de embestida descoordinada que no apoyaba bien. El sobrero evidenció pronto que estaba al límite de facultades y, aunque con el aplomo y la convicción de siempre, Roca Rey lo intentó en balde.
El octavo duró un suspiro. Roca Rey volvió a tirar de serenidad, muy atalonado en la arena, y consiguió extraer muletazos de gran mérito en terrenos de tablas. El público le obligó a saludar.
Cuenca, lunes 20 de agosto de 2018. Feria de San Julián. Ocho toros de José Vázquez. El sexto -Aguamiel, número 65, negro mulato listón chorreado y con 563 kilos de peso- fue indultado. Toros nobles, y con calidad, algunos medidos de raza. Destacó el sexto. Morante de la Puebla, bronca y dos orejas; El Juli, oreja y dos orejas y rabo simbólicos tras indulto; José María Manzanares, ovación y ovación; y Roca Rey, silencio y saludos. Entrada: No hay billetes. Morante no quiso salir a hombros.
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Juli y Aguamiel, un indulto para la historia de Cuenca
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