Julio Méndez, ganador del XIII certamen La Piña de Oro de Hoyo de Pinares

Julio Méndez se proclamó triunfador del XIII certamen de novilleros sin caballos La Piña de Oro de la localidad abulense de Hoyo de Pinares, donde se lidió ganado de encaste Santa Coloma: cuatro ejemplares de Víctor Huertas y dos de Alejandro Rodríguez Montesinos. Las reses cárdenas, bien presentadas y con sus defensas íntegras, cumplieron las expectativas. El sexto novillo, del hierro de Víctor Huertas, ganó una merecida vuelta al ruedo, aunque parte del público había pedido su indulto.

Méndez se enfrentó en el tercero de la tarde a un bravo y engallado novillo de Rodríguez Montesinos. Lo toreó con ritmo, gracia y soltura, mostrando recursos y facilidad sin plantearse mayores empeños. Mató bien , muriendo la res con la boca cerrada y siendo aplaudido en el arrastre. El torero cortó dos orejas.

Iván Rejas acreditó disposición, entrega y buenas maneras en el que abría plaza, que embistió pronto y con repetición, pero que acabó dimitiendo al sentirse podido por el torero. El fallo con los aceros le privó del merecido premio. En el cuarto, ante el novillo más cuajado, pero reticente a la entrega, logró tandas meritorias pero sin terminar de redondear la faena y volver a fallar con la espada.

Eduardo Ruiz de Velasco recibió al segundo de la tarde con toreo de capa grácil y elegante que mereció la réplica de Julio Méndez en su quite. Con la muleta mostró un toreo fino y de calidad que hubiera alcanzado, a nuestro juicio, mayor altura desde una posición más cruzada y dando más sitio al novillo. Cortó una oreja.

Ante el quinto, de Rodríguez Montesinos, tan bien presentado como falto de disposición para acudir al engaño, solo cabía abreviar trámites y darle rápida muerte, por lo que fue pitado al arrastre.

Al bien presentado y rematado sexto, de Víctor Huertas, le toreó con confianza y profundidad por los dos pitones a lo que la res respondió con noble entrega. Terminó toreando en la cara con facilidad facilitando que una parte del público pidiera el indulto del novillo. Al no concederse, la suerte de matar se dilató en exceso y el resultado concluyó con la vuelta al ruedo del novillo y una oreja para el novillero. En resumen, exitoso festejo para toreros, ganaderos y el número público que acudió a presenciarlo.

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