Tras dos recientes indultos en la feria venezolana de San Cristóbal, Álvaro Domecq analiza la temporada 2013 de Torrestrella, divisa que destacó en plazas como Madrid, Sevilla, Pamplona o Dax, entre otras. La bravura es su principal objetivo, además del motor, la transmisión, la repetición y la entrega. Unas cualidades que espera posean sus toros esta temporada porque, según el ganadero, sin ellas, no hay emoción y sin emoción, no hay Fiesta.
– “He lidiado este año toros bravos, con motor para que la Fiesta vibre; porque la suavidad es muy bonita, pero hace falta motor para que la gente dé saltos en el tendido”
– “Este año hemos sacado un semental de un toro que murió hace 40 años y estoy muy ilusionado porque fue muy bueno. Era de mi tío, de Juan Pedro, el número 70, Ballestero“
– “Mi padre me dejó una bonita finca, con un ganado muy especial que, de pronto, sin saber por qué, nadie lo quería, pero que de nuevo está en plazas importantes”