Da vergüenza, asco y tristeza la violencia, la intransigencia, las malas artes de los que se llaman defensores de los animales y al tiempo son capaces de amenazar de muerte y llamar asesino a pacíficos ciudadanos que gustan de la fiesta de los toros como Lorca, como Alberti, como Picasso, como miles de personas de todo tipo, condición y conocimiento. ¿Por qué la Fundación, y en esto yo sí creo en ella, querido Carlos Núñez, no interviene como ha hecho eficazmente en lo de Adrián y otros apaleamientos verbales o rotulados? Espero que lo haga porque esto es ya la ley de la selva. Ya por narices tiene que ser lo que digan unas gentes tapadas, escondidas, pagadas y miserables que hace de Santa Inquisición animal sin que nadie les haya autorizado, ni encargado ese terrible papel. Ya vale. Ahora dicen que Vitoria es ciudad antitaurina y vegana. Con la de buenos aficionados y buenos comensales que hay en esa bendita tierra. Pues tiene que ser lo que digan cuatro porque no pueden aguantar su vena dictatorial. Como no pongan freno y orden a todo esto, algún día habrá una desgracia.
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