Pedro Sánchez, trasunto corregido y aumentado del nefasto ZP, que dirige el partido que fue socialista, obrero, español y copartícipe del éxito de la transición desde un gobierno totalitario y unipersonal a una democracia de corte europeo que restauró en España un régimen de libertades, amenaza destruir nuestras costumbres y tradiciones con su absurda política de pactos. Es decir, nuestro estilo de vida, que es algo que está por encima de ideologías políticas, credos y demás conceptos trascendentales que, en manos de políticos como el secretario general del PSOE y sus socios, corren el peligro de quedar convertidos en autenticas zarandajas. Y eso es algo a lo que nadie tiene derecho, porque significaría imponer la voluntad de unos pocos sobre la totalidad de los hombres y mujeres de un país que por encima de todo quieren vivir en libertad. Ni Sánchez ni sus nuevos amigos tienen votos suficientes para ello, pero es que aunque los tuvieran carecen de legitimidad para obligarnos a los españoles a vivir como ellos quieran.
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