Cuando comience a apretar el calor y las cigarras a entonar su anestesiante melodía, habrá que esperar al invierno siguiente para hablar de la necesidad de arreglar lo que no se pudo/supo/quiso corregir el invierno pasado ni en todos los anteriores. Y es que no hay espectáculo más providencialista que el de los toros. Y así nos luce el pelo.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1953
Acceda a la versión completa del contenido
La cólera del hombre tranquilo
El pintor peruano Humberto Parra plasmó su visión de la Feria del Caballo de Jerez.…
Novillos de Toros de Brazuelas para Mario Navas y Daniel Medina, mano a mano
Román acarició la puerta grande de Las Ventas en interesante corrida de Fuente Ymbro en…
Buen nivel entre los coletudos, con una interesante novillada de Jandilla, que mereció ser arrastrada…
Muy contundente, el ganadero Ricardo Gallardo se mostró ante los micrófonos de One Toro sobre…
El diestro Mario Palacios resultó herido sufriendo una cornada de dos trayectorias en el muslo…