Los ganaderos de la Comunidad Valenciana han lanzado la voz de alarma ante la situación que están viviendo y la dificultad para mantener sus explotaciones sin ningún tipo de ingreso ni ayuda. Tienen una papeleta difícil de lidiar, pues son la única vertiente de la ganadería que está sufriendo esta crisis de una manera drástica. Mientras que el precio de la carne se dispara ante la fuerte demanda de los consumidores, los ganaderos de bravo otean un futuro lleno de incertidumbre sin ver ni un solo euro en sus arcas, bajo la sombra de la espada de Damocles. La situación es verdaderamente complicada. “Cuando lleguemos a julio sin haber ingresado nada, muchos vamos a pasar verdaderos apuros para dar de comer a los animales y mantener a nuestros trabajadores. Somos el único sector de la ganadería que ha parado por completo, si no hay fiestas en los pueblos, nosotros no podemos trabajar”, asegura Dani Machancoses, presidente de la Asociación de Ganaderos de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana.
La primera de las medidas que han tomado es la de solicitar ayudas a la Conselleria de Agricultura. “Le hemos escrito una carta a la consellera Mireia Mollà, pero todavía no hemos recibido respuesta alguna. Lo único que hemos pedido es una ayuda para mantener a los animales, ellos comen todos los días y siguen necesitando asistencia veterinaria. Pero si no tenemos ingreso alguno, muchos ganaderos van a tener que tomar decisiones drásticas”.
Machancoses asegura que el mantenimiento del ganado supone alrededor de 1 euro al día de media por cabeza de ganado. “Queremos que la Administración nos tenga en cuenta”, y propone que “el paquete de ayudas destinado a la mejora de explotaciones que iba a lanzar la Administración que se destine a ayudarnos a mantener el ganado. ¿De qué sirve mejorar las instalaciones si no podemos dar de comer a los animales?”, cuestiona.
Los ganaderos tampoco se olvidan de sus trabajadores, los que día a día siguen cuidando de los animales. “Nosotros no podemos solicitar ningún ERTE, no podemos dejar tiradas a todas esas familias y además tienen que seguir dando de comer a los animales. Supone un gran esfuerzo para nosotros pagarles los sueldos, por eso, pedimos suspender la cuota de autónomos y seguridad social”.
En la Comunidad Valenciana existen más de 80 ganaderías autóctonas, que junto a los alrededor de 20 cebaderos, suman entre todos más de 15.000 cabezas de reses bravas. De estas explotaciones, que suponen el 28,3 % del impacto económico de esta fiesta -300 millones de euros-, depende la economía de 300 familias.
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