Érase una vez, hace pocos años, que en el toreo se hablaba de una "ley de fugas", término acuñado por el desaparecido José Luis Marca. Huida. Esta vez la de un ciudadano de rasga y rompe, González de Caldas, empresario, apoderado, ex del Sevilla y ex de la Mazagatos, amén de hombre de titulares nada gloriosos sin duda por la envidia hispana y jamás por los hechos del susodicho.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1940
