Abrió la tarde un toro alto de Valdellán. Un cuatreño zancudo de 600 kilos de bonita cara, eso sí. No humilló nada de salida. Se empleó muy poco en el caballo y en los capotes. Antonio Ferrera ofició de padrino de confirmación de Alejandro Mora invitando a Juan Mora a participar vestido de calle. No quiso el maestro pisar el ruedo sagrado de Las Ventas. Alejandro Mora se dobló con torería en el inicio y se la puso muy de verdad para torear al natural desde el principio. Al toro le faltó recorrido, volviéndose sobre las manos en cuanto se sentía podido. No le importó a Mora, que siguió insistiendo con pureza. Hubo chispazos de toreo caro. Alargó la faena sin necesidad ya que había sido valorado el esfuerzo y la pureza de las primeras tandas. Pinchó en varias ocasiones antes de cobrar la estocada y descabelló sin éxito escuchando los tres avisos.
Un mulo fue el sexto. De abanta salida, con hechuras de buey y amplia cara. Alejandro Mora apareció con actitud. Decidido. El toro fue gazapón, siempre detrás de la mata. Muy probón. Hizo un esfuerzo el extremeño que salvó los muebles. Dos pinchazos, estocada. Palmas de despedida.
FERRERA, MAESTRO
El segundo tuvo otra morfología completamente diferente al primero. Muy atacado de los cuartos delanteros. A la salida del caballo ya mostró buena humillación. Ferrera inició por bajo en los terrenos del 7, rápido vio el pitón derecho del toro. Ahondó en dos tandas de ir haciéndolo para después arrebatarse. Por el izquierdo fue ciencia, con la muleta retrasada empujando mucho hacia delante. La faena tuvo sabor de maestro dentro de sus irregularidades. La estocada llegó tras un pinchazo y un bajonazo. Dos avisos. Se desmonteró Ángel Otero en banderillas.
El cuarto cantó muy pronto una lesión en los cuartos traseros, muy lastrado. El presidente no le dio importancia en esta ocasión, decidió aguantarlo pese a derrumbarse y a no conseguir quedarse cuadrado en banderillas y arrastrar continuamente las patas. Ferrera fue todo voluntad, incluso se puso pesado en su intento. El presidente José María Fernández Egea se cubrió de gloria en este toro también. Estocada caída.
El presidente no se percató de la lesión en las patas del tercero hasta el tercer par de banderillas. Fue entonces cuando asomó el pañuelo verde como reacción a cuatro protestas que debieron de asustarle. No estaba mal devuelto pero sí inoportuno pues ya se había desarrollado casi toda la lidia. Un presidente con buen cronómetro y muy poco criterio.
Muy atacado de kilos el cinqueño sobrero de Los Maños. David de Miranda lo lanceó con gusto volando bien el capote, especialmente por el pitón derecho por donde abrochó con una media. En la muleta el toro resultó desrazado, sin romper a embestir, midiendo mucho al torero que demostró una firmeza pasmosa. Buen final hacia los adentros. Pinchazo y estocada.
El conjunto de la tarde de David de Miranda fue muy serio. Al quinto, veleto y con basta hechura además de atacada, se lo sacó a los medios sobre las piernas. Manso en el caballo. En la muleta resultó muy costoso. Volviéndose pronto, orientándose, probando… una papeleta en la que no se aburrió el onubense, buscándole las vueltas con determinación. Media estocada tendida y varios descabellos. El tercero, Vicente Herrera resultó herido al ir a dar la puntilla.
Madrid. Domingo 13 de abril de 2025. Toros de Valdellán y Los Maños (3º bis), bien presentados pero deslucidos. Antonio Ferrera, palmas tras dos avisos y silencio; David de Miranda, silencio y silencio tras aviso; y Alejandro Mora, que confirmó alternativa, división de opiniones y palmas. Entrada: Casi media plaza. Saludó tras banderillear al segundo Ángel Otero.