Todo cambia con el tiempo. El toreo no podía quedar al margen de esa realidad incontrovertible. Sevilla, Madrid y Bilbao marcaron la historia del toreo desde que este se convirtió en espectáculo. La Maestranza de Sevilla daba categoría, Las Ventas de Madrid ponía a los toreros en dinero y Vista Alegre de Bilbao confirmaba o cuestionaba lo que las dos plazas anteriores sancionaban. Pues bien, a estas calendas las cosas son muy distintas. Se puede hacer una buena temporada sin pisar el ruedo de la ciudad del Betis, es posible seguir sufriendo la injusticia de la ausencia en los carteles de las demás ferias de España pese a los triunfos en Madrid y si no se cumple con la reválida de Bilbao no pasa nada. O sea que Sevilla, Madrid y Bilbao ya no son imprescindibles. ¿Por qué? Averígüelo Vargas...
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