"Necesitaba una tarde así en Madrid"
“¿Cómo no voy a estar contento?, estoy feliz. Sé que no fue una faena redonda pero necesitaba una tarde así en Madrid. La oreja me ha dado aire, ha sido un balón de oxígeno para mi carrera porque estaba con la puntilla. Si ayer no me llego a encontrar con ese toro, yo hubiese sido el mismo pero me hubiera visto obligado a irme a mi casa. Ese buen toro de Juan Manuel Criado me ha devuelto la vida y el crédito. Me emocioné cuando tuve la oreja en la mano”. De este modo resume Miguel Tendero las sensaciones que tiene tras pasear ayer una oreja en Las Ventas del tercer ejemplar de Juan Manuel Criado.
El diestro de Albacete explica que se sintió “bien y con la mente despejada” a pesar de la responsabilidad que suponía la tarde para él: “Los veinte minutos antes de vestirme en el hotel los pasé muy mal, fueron los peores de mi carrera. Sabía que o pasaba algo o podía tardar muchos años en volver a torear en Madrid. Confiaba en mí pero en Las Ventas no basta con eso. Te tiene que ayudar un toro para que se conjuguen todos los elementos. Había toreado un puñado de vacas y un toro a puerta cerrada y mi carrera estaba en juego”.
Miguel Tendero recuerda las virtudes del toro y las de su labor: “El animal tuvo mucha calidad, fue un buen toro. Desde el principio quise lucirlo pero no fue sencillo porque cuando le dabas distancias el toro tomaba por inercia los dos primeros y le costaba más emplearse en el tercero. Necesitaba que el toro durara y por eso no le apreté hasta la segunda parte de la faena. Si para algo sirvió la oreja fue para gritar muy alto: ¡Aquí estoy, aquí sigo y no he dicho todavía mi última palabra!”.
En cuanto a la repercusión que pueda tener el triunfo, Miguel Tendero es realista. “De momento he cortado una oreja y eso vale mucho más que si me voy de Madrid con silencio y silencio. Sé que no me van a llover contratos pero se puede llamar a las puertas y a lo mejor puedo tener un hueco en San Isidro si hubiese alguna baja. No he solucionado nada, sigo estando donde estaba pero he dejado una tarjeta de visita sobre mi evolución y mi madurez”.