Se inició el festejo con un recuerdo a Manolo Lozano. Habitual de esta plaza en las últimas décadas desde el callejón hasta su delantera de andanada en los últimos años. La tarde empezó con el jarro de agua fría de la cogida a Luis David Adame entrando a matar al primero. El de Valdefresno derrotó en el pecho del mexicano en un violento trance que asustó a los presentes. Se lo llevaron inmediatamente a la enfermería. Unos metros detrás se lamentaba su hermano Joselito que también acudía corriendo a la enfermería por el callejón. Antes del percance, Luis David Adame había consentido en el capote las embestidas rectas del toro. En la muleta jugó con las distancias para ordenar la irregular embestida. Se levantó aire a mitad de faena y decidió abreviar. La espeluznante cogida llegó en el momento en el que había enterrado el acero.
Volvió Luis David Adame de la enfermería, con un vendaje que hacía las veces de chalequillo. Se fue a portagayola a recibir al cuarto. Salvó de milagro. Un toro que abría la cara, muy astifino y cornidelantero. El mexicano estuvo muy entonado en una faena con pasajes de interés. Toro codicioso que no permitía errores. El mexicano estuvo dispuesto con dos tandas especialmente comprometidas. Por el izquierdo no alcanzó ese nivel. Quiso matar recibiendo pero quedó muy defectuosa la espada, estocada al segundo intento.
El segundo fue protestado por no estar lleno pese a su hechura huesuda típica de la casa. José Fernando Molina lo recibió con buenos lances y una buena media de remate. Un toro que empujó en el caballo pero que perdió varias veces las manos. En la muleta tuvo clase en las dos primeras tandas, lo quiso apretar pronto y el de Albacete y perdió las manos también. Se puso la gente muy en contra. Se fue a por la espada y tras un pinchazo resultó volteado con dureza y recogido de nuevo en el suelo. Empezó a sangrar por un agujero en la taleguilla pero aun así remató con el descabello a su oponente.
Tras ser operado de una cornada, José Fernando Molina regresó de la enfermería con unos pantalones vaqueros y sin chaquetilla. Se fue a portagayola. Tras la larga recogió al amplio toro de Valdefresno con lances sobre las piernas, muy lidiador. El toro fue franco al caballo. Brindó al público. Faena intensa, iniciada de rodillas en los medios. El toro rompió en bravo, con ritmo y buena humillación. No tuvo prisa el albaceteño que lo cuajó en una compacta faena. La primera parte más ligada, después de uno en uno. Dos pinchazos precedieron a la buena estocada. Tuvo que emplear el descabello en cuatro ocasiones. Dos avisos.
El tercero fue un toro bien hecho, descarado. Christian Parejo se mostró muy seguro desde el primer momento. Distraído y galopón. Cristian Parejo quiso torearlo bien con el capote y después hizo un planteamiento serio con la muleta. El toro resultó enclasado dentro de su mansa condición, lo aprovechó el gaditano forjado en Francia para correr la mano con auténtica entrega y buen trazo. La estocada llegó después de un pinchazo. Saludos.
El castaño que hizo sexto fue el más aparatoso. Muy amplio por delante. Con alzada. Marcó muy pronto la querencia. Manso de libro. Se enceló en el caballo en el segundo encuentro -al relance-. Christian Parejo dio una seria imagen. Por un lado de solvencia profesional y por otro de capacidad para torear bien cuando el toro se lo permitió. La mansedumbre tuvo cierta nobleza y transmisión. Parejo lo exprimió al máximo, con una faena al refugio de las tablas. Pinchazo y estocada baja.
Madrid. Domingo 22 de junio de 2025. Toros de Valdefresno. Luis David Adame, silencio tras resultar herido y ovación con saludos; José Fernando Molina, silencio tras aviso y ovación tras dos avisos; y Christian Parejo, ovación con saludos y silencio. Entrada: Un cuarto de plaza.