feria del corpus

Morante, Roca Rey y Aguado, tormenta perfecta en Granada

David García Trigueros
viernes 20 de junio de 2025
Tras peligrar el festejo por una tromba de agua, la terna dio la vuelta al festejo desatando una tormenta de toreo: cumbre Morante, dos orejas del cuarto; un faenón de Roca Rey, dos del quinto; y torería pura de Aguado, dos trofeos

Morante, Roca Rey y Aguado tiraron pa'lante con la segunda de Granada tras retrasar 45 minutos el comienzo del festejo.
Un fuerte aguacero, caído previamente al espectáculo, amenazó la celebración de un cartelazo de enorme expectación. Actuantes y cuadrillas examinaron el ruedo antes de la hora prevista (19:30) del comienzo del festejo, siendo aplazado hasta las 20:15 horas. A las 19:45 volvió a arreciar la lluvia pero finalmente, tras ser acondicionado el ruedo con serrín, los actuantes tomaron la decisión de torear.

Por ello, la segunda de abono de la Feria del Corpus empezó de manera atípica. Por eso, y también por la devolución a los corrales del primer toro titular, de Matilla, que se lesionó en el recibo capotero del sevillano, que le firmó cuatro verónicas extraordinarias. Después el sobrero no permitió a Morante de la Puebla pasar de dos lances con el capote y dos pases de tanteo con la franela, recibiendo el toro un fuerte puyazo por el que luego se vino abajo parándose en la muleta. El sevillano tiró por la calle de en medio. Dos pinchazos y bajonazo para pasaportar al animal. El público, dividido, aplaudió y pitó a partes iguales.

El segundo no resultó mejor. El toro, además de suelto, fue blando de remos y se desplomó en los primeros compases de la lidia. Roca Rey quedó inédito con el capote, que no pudo sino aguantar en pie al astado. En banderillas el toro acusó la mansedumbre y el peruano, con la muleta, no pudo sino mimarlo y sobarlo, sacándolo de tablas cada vez que el toro salió huyendo. Un natural: eso fue todo. Hundió el acero hasta los gavilanes y rodó prácticamente sin puntilla.

El estado del ruedo y la flojedad del tercero volvieron a condicionar la lidia y el recibo capotero de Pablo Aguado, que apenas pudo estirarse con el percal. En el caballo, al sentir el hierro, salió huyendo y acabó por desplomarse. De vuelta al corral.

El segundo sobrero consiguió salvar el ánimo del respetable cuando Pablo Aguado hizo crujir a la plaza con un ramillete de verónicas y una media de cartel. Intentó llevarlo al caballo por chicuelinas pero en cuanto pudo, buscó la salida. Buenos fueron los pares de Iván García y Araujo en banderillas; pero extraordinario resultó ser el inicio de faena de Aguado, poniendo boca abajo a la plaza: a media altura, pero muy despacio, le enjaretó una tanda por naturales con los que consiguió meter al público, al fin, en la tarde.

Le cambió los terrenos al toro, y acuñando el grueso de la faena en los terrenos de chiqueros, donde el toro se mostró menos afligido, brotó el toreo con la derecha, en una faena basada en las alturas y en el acompañamiento con adornos por la cara preñados de pinturería. La estocada y el golpe de verduguillo rubricaron la faena más sólida de lo que va de feria. Una oreja al esportón.

Normalmente, en Granada, nadie echa cuentas al cuarto de la tarde porque la gente continúa, a carrillos llenos, con la merienda. Pero salió Morante con el capote y la plaza rugió con la larga y cada una de las cuatro verónicas que esculpió en el tercio, a la altura del tendido 3. Por estuarios inició la faena de muleta y a partir de ahí todo fue una locura: cada uno de los muletazos que dio justificaron toda la ruina anterior. El duende de la improvisación tapó los defectos del animal y consiguió arrebatar al respetable que, a coro, gritaba el nombre del torero. No estaba atronado el toro cuando la gente ya pedía con clamor la oreja. El usía, Mariano de Damas, no tardó en desplegar los dos pañuelos. Puerta grande para el genio de La Puebla del Río.

No se dejó ganar la pelea Roca Rey, que salió dispuesto a todo. Recital con el capote, a la verónica y por chicuelinas. En la muleta mantuvo el nivel cuando echado de rodillas lo esperó con pases por alto y rematando, de hinojos, con un cambio por la espalda.

Deslució la poca fuerza y raza del toro, que perdía la manos cada vez que el peruano procuró bajarle la mano. Aún así, redondeó varias tandas por ambos pitones, en los medios, con los que consiguió corregir la condición del astado; dosificándolo y toreando por momentos, con gusto y cadencia en un faenón de figura. El pinchazo que antecedió al estoconazo no enfrío los ánimos, que se rubricaron con dos orejas.

La media verónica de Pablo Aguado en el centro de la plaza fue de cartel. Rúbrica capotera del sevillano a un inicio de faena en la que intentó encelar al bonito colorado que corrió en sexto lugar. Fue el toro más completo en la muleta, donde Aguado jugó con las distancias y la media altura para cuajar una faena, fundamentada en el pitón derecho, llena de sutilezas. Con el pinchazo y la estocada consiguió tocar pelo, con la que abrió la puerta grande.

Granada. Viernes, 20 de junio de 2025. Toros de Hnos. García Jiménez, (1º y 3º bis), de juego desigual. Morante de la Puebla, división y dos orejas; Roca Rey, silencio y dos orejas; y Pablo Aguado, oreja tras aviso y oreja tras aviso. Entrada:  Lleno. El festejo empezó con 45 minutos de retraso por un fuerte aguacero y posterior acondicionamiento del ruedo.

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