Categorías: Opinión

La tarde fue de Perera

El reconocimiento no se lo pudo quitar ni el desvarío presidencial. Lo logró con una faena intensa, de perfecto planteamiento técnico, de pausada torería, recargada de orgullo. Era así o no hubiese sido…

La tarde fue de Perera. El reconocimiento no se lo pudo quitar ni el desvarío presidencial. Lo logró con una faena intensa, de perfecto planteamiento técnico, de pausada torería, recargada de orgullo. Era así o no hubiese sido. El toro no parecía de primeras lo que acabó siendo. De hondo trapío e inciertas intenciones, era de esos toros que solo ven claros los que piensan con el corazón. El de Alcurrucen había manseado en varas y Perera le dejó crudo no porque no tuviese fuerzas sino porque el torero tenía prisa en triunfar. Así que se fue al toro con arrojo de novillero, fue su único error. Un arrollón que a punto estuvo de llevarle por delante, le volvió a la realidad y a partir de ahí la perfección técnica. Tiró de poderío en unos doblones que fueron la clave de triunfo y pusieron a cada cual en su sitio, al torero al mando de la situación, al toro sometido al poderío del lidiador.

Hundidas las zapatillas en la arena, el pulso firme, la paciencia larga, esperaba al toro, le dejaba meter la cara en la muleta y tiraba de él con pausa, cada vez más despacio, en cada muletazo más impuesto. El resultado fue una danza bellísima. Los dos muy agarrados, muy prietos, muy compenetrados en una reunión que por momentos desafiaba la impenetrabilidad de los cuerpos. Imposible que el toro acabase pasando por donde le imponía el diestro, pero pasaba, pasaba. Siguiendo la muleta arrastrada en los fundamentales inicios, con media muleta en las fantasías finales, arabescos de imposible dibujo y filigranas de inaudita creatividad redondearon la obra. Todo a compás, despacio, un tirón hubiese roto aquel equilibrio, sin pestañear, sin la mínima duda. Era así o no hubiese sido, fue como lo planteaba Perera o el de Alcurrucen no hubiese sido lo que fue.

Lo mató de una estocada corta y definitiva y comenzó la exhibición presidencial. Debió ser el único en la plaza que no entendió el calado de aquella faena. La cuestión no pasaría de una anécdota si no fuese por la reincidencia del usía que a estas alturas ha quedado demostrado que aplica sus inopia sin distinción de clase ni condición. Se la pispó, al trofeo me refiero, ayer a Perera figura y millonario, se la pispó al incipiente Román, todavía tieso e inocente en el arranque ferial, me recordaron que se la pispó en su día al legendario Morante que acabó enviándole unas gafas por si acaso era cuestión de la vista pero está visto que es más cuestión del entendimiento y aunque podríamos seguir tampoco viene al caso que insistamos en el historial del señor presidente. Ayer no conforme con su extraño concepto de la valoración, obligó a Perera con gestos ostensibles a desmonterarse para pedir el cambio de tercio como si en la diferencia que puede haber entre desmonterarse y una educada seña se jugase la esencia de la fiesta y no contento con ello, poco después, mandó al alguacil para que le recordase al mismo Perera que antes de irse de la plaza se despidiese de él. Será una fijación pererista. Será eso.

En cualquier caso el protagonismo positivo de la tarde fue del diestro extremeño que por mucho que se empeñó no pudo repetir hazaña en el quinto un toro manso y huidizo con el que no valieron ni las agallas ni la técnica que le aplicó al segundo.

Así que se quedó sin la ansiada puerta grande, se la pisparon, como se la pisparan a cualquiera a poco que el usía siga imponiendo su desnortado pensamiento.

CASTELLA Y LUQUE, A OREJA POR COLETA
Castella y Luque también cortaron una oreja. De distinto peso a la de Perera aunque el matiz no lo recoja las estadísticas. Eso son los efectos colaterales del desvarío de ayer. El primero de Castella era incierto, poco grato pero con cierto fondo y lo acabó estrujando el francés.

La faena también tuvo un punto clave, una tanda con la mano izquierda en la que rindió al de Alcurrucen. A partir de ese momento todo se vino arriba y a mejor aunque el publico muy a la suya no acabó entrar en materia. En ese le ovacionaron y del cuarto le concedieron una oreja por una faena animosa y profesional.

Lo mejor de Luque fue el toreo de capa. A la verónica, con medio capotillo, meciendo el engaño y muy compuesto y en un quite por apretadas chicuelinas al precioso colorado y atigrado sexto, que levantaron más los ¡huy! que los olés. Estuvo decidido, con ánimo, por momentos centrado, por momentos atacado por un ansia que ya debe desterrar de sus planteamientos. Le cortó la oreja a su primero y se la hubiese cortado al sexto si no marra con el verduguillo.

Al final del festejo la expectación era grande ¿se despediría Perera del señor presidente como había ordenado?… Digamos que se despidió cortésmente de todos, incluido del presi.

CRÓNICA PUBLICADA EL 24 DE JUNIO DE 2013 EN LAS PROVINCIAS

Acceda a la versión completa del contenido

La tarde fue de Perera

José Luis Benlloch

Entradas recientes

Emotiva despedida de Pablo Hermoso en Plasencia, a hombros con Leonardo y Lea

Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Lea Vicens hicieron el paseíllo, este domingo, en…

7 horas hace

Paco Ureña, fractura de la clavícula izquierda

Paco Ureña ha sido atendido en la enfermería de Las Ventas tras la finalización del…

7 horas hace

Animado ambiente en la In Memoriam Antoñete

La corrida In Memoriam en honor a Antoñete ha concentrado a multitud de rostros conocidos…

7 horas hace

Alicante prende las Hogueras a lo grande

La feria de Hogueras comenzó con buen nivel. Muy buen ambiente en los tendidos y…

8 horas hace

Fandi, Pinar y Borja Jiménez, a oreja por coleta en Albacete

La Lll edición de la corrida de Asprona volvió a congregar a la afición de…

11 horas hace

Oreja al pundonor de Ureña en el homenaje a Antoñete en Las Ventas

El murciano paseó el único apéndice del festejo en una emotiva faena en la que…

11 horas hace