El palco

La temporada de Escribano

Rafael Comino Delgado
martes 23 de diciembre de 2014

Como es un torero que lo hace todo, y todo lo que hace lo hace bien; es decir, que da gran espectáculo, yo estoy seguro de que la próxima va a ser una temporada extraordinaria para Manuel Escribano.
Tras cortarle dos orejas a un toro de Miura en la Feria de Abril de 2013, a Manuel Escribano se le abrieron muchas puertas, cerradas durante largos años, que él supo aprovechar, pero cuando estaba lanzado vino el percance en Sotillo de la Adrada, que no le costó la vida porque el Todopoderoso encendió una luz en la mente de un cirujano de guardia en el Hospital de Móstoles, para que se diera cuenta de que aquello, sin herida externa, era gravísimo. Le hizo una ecografía abdominal y corriendo para el quirófano, porque se estaba desangrando por dentro. El percance fue terrible, pero la vida seguía y la temporada 2014 se presentaba con muchos contratos en plazas importantes, que debían afrontarse porque el tren pasa muy de tarde en tarde, y cuando pasa hay que subirse. Manuel lo afrontó con toda la casta y profesionalidad que le caracteriza, pero yo creo que no estaba totalmente recuperado. Por mucha afición e ilusión que el torero pusiera, las cosas son como son; se requería más tiempo para alcanzar la plenitud, que logró ya casi al final de la temporada, cuando había pasado por todas las plazas más importantes, con la excepción de Sevilla, a donde fue al final de septiembre (antes había ido tres tardes), pero los toros no ayudaron lo más mínimo. Realmente no ha tenido mucha suerte con los sorteos durante toda la temporada pasada.

Pero este año sí está a tope, por el momento, y lo normal es que empiece al cien por cien. Como es un torero que lo hace todo, y todo lo que hace lo hace bien; es decir, que da gran espectáculo, yo estoy seguro de que la próxima va a ser una temporada extraordinaria para Manuel. La de ganarse, por derecho propio, estar en todas las ferias y en carteles buenos. Tendrá que matar alguna dura, pero también de las otras, en las que pueda mostrarse tal y como es Escribano. Para mí un gran torero que, además, cae muy bien a la afición y al gran público; tiene lo que se dice carisma. Ese pelo sobre la frente, esa media sonrisa constante, incluso en la cara del toro, conecta muy bien con los tendidos.

Así pues, dirigido por Taurodelta, confío mucho en que será la gran temporada de Manuel Escribano. ¡Que así sea!

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