BENLLOCH EN LAS PROVINCIAS

La temporada en números: Roca Rey, líder del escalafón de matadores

José Luis Benlloch
domingo 19 de noviembre de 2023
Los reaparecidos Alejandro Talavante y Castella le siguen la estela

Los números no han sido nunca los mejores indicadores para analizar la realidad del toreo en la que priman los sentimientos por encima de los guarismos. Pero decir, dicen, por mucho que haya cambiado la percepción de su significado. Lo que cobran, lo que torean, las orejas que cortan, la gente que llevan, números, números… siempre fueron materia de interpretación y argumentario para defender a unos o a otros. Antaño el dinero de los toreros era referente de categoría y envidia nacional, gana más que un torero se solía decir, y ya, salvo contadas excepciones, no son cifras que envidiar por las estrellas de otros espectáculos; y en cuanto al número de corridas toreadas por cada coletudo, ahora que tan de moda están los toreros de arte, se ha llegado a mirar con cierta desconfianza. Seguramente desde la inflación que provocó Jesulín con su populismo desaforado.

A pesar de lo cual que un torero de los llamados de arte, más limitados en sus exposiciones públicas, caso de Morante, alcanzase la cifra de 100 corridas, no hace tanto reservado para diestros de más cuajo técnico, se celebró con entusiasmo. En cualquier caso, la mítica barrera de los cien paseíllos se perdió en la noche de los tiempos y este año se ha vuelto a una breve normalidad que se da por buena tras la sequía post pandémica. Pero, decir, vaya si dicen las cifras, por ejemplo, que el que más torea es quien más goza del favor de los públicos que, aunque infravalorado desde el elitismo, son quienes mantienen en pie el edificio.

Con tres festejos o menos aparecen 105 matadores que no alcanzan a vivir de la profesión

Este año el pódium del escalafón superior ha estado compuesto por Roca Rey con 58 corridas y 115 orejas conquistas entre las plazas de España y Francia, seguido de dos diestros de reciente reaparición, Alejandro Talavante y Sebastián Castella. El extremeño sumó 53 corridas y 70 trofeos, proporción entre festejos y trofeos sensiblemente inferior a la del diestro peruano, detalle que también daría pie a conclusiones de lo más sabrosas sobre el estilo de cada uno, el tirón popular y momento artístico que viven; el tercer puesto es para el francés con 51 paseíllos y 63 trofeos.

Les siguen en la clasificación Emilio de Justo, 50 corridas y 83 trofeos; El Fandi con 43 festejos y 109 orejas, la proporción más elevada entre corridas toreadas y orejas conquistadas del grupo de cabeza; El Juli, diestro que a lo largo de su carrera sumó cifras espectaculares, el año de su despedida cerró con 39 ajustes y 70 trofeos entre los que hubo tardes realmente apoteósicas en un año de definitivo reconocimiento a una carrera que como corresponde a una gran figura como él, estuvo muy contestada por determinado sector de la afición, sobre todo en plazas como Madrid, que finalmente le reconocieron; los dos puestos siguientes en el escalafón han sido para dos toreros de los considerados artistas, que a lo largo de la campaña sufrieron diversos percances que les obligaron a varias interrupciones, Manzanares con 38 tardes y 37 orejas, y Morante de la Puebla con 38 y 23, números de este que acogen la gloriosa tarde de la Maestranza en la que rozó la perfección si se acepta que la perfección no existe y le concedieron las orejas y el rabo.

Vuelve la lógica: los diestros considerados de arte ceden los primeros puestos

En los dos puestos siguientes, con 32 tardes toreadas cada uno y empatados a trofeos, 32 por coleta, aparecen dos toreros en plenitud, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque. El desempate y, por tanto, el puesto en la clasificación, se decide en el apartado de los rabos cortados, tres el extremeño y dos el sevillano. Los puestos siguientes son para Tomás Rufo, 30 corridas y 44 orejas; Pablo Aguado, 30 y 24; Juan Ortega, 29 y 31; Antonio Ferrera, 27 y 50; Ginés Marín, 27 y 46; Manuel Escribano, 27 y 58; Juan Leal, 21 y 30; y, finalmente, en el puesto veinte es para un ilustre veterano, Curro Díaz, con 18 corridas toreadas y 41 trofeos conquistados.

Más atrás en el escalafón y ya a la espera de la temporada que viene en la que puedan situarse mejor, aparecen nombres como Paco Ureña, al que le midieron con cicatería los triunfos, Urdiales, David de Miranda, Román, David Galván; y las revelaciones del año que cuando alcanzaron el triunfo se encontraron con demasiadas ferias cerradas, como son los casos entre otros de Borja Jiménez y Fernando Adrián.

Dato significativo del escalafón que da pie a diversas interpretaciones, es que con tres festejos o menos aparecen ciento cinco (105) nombres: ¿hay un número excesivo de matadores, se toma la alternativa demasiado a la ligera y poco equipaje profesional, hay excesiva resiliencia ante la adversidad, se dan menos festejos de los que se daban en otros tiempos?… de todo un poco, lo que sí es seguro es la aparición de una clase profesional que no les alcanza para vivir de la profesión. Una pena.

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