El hedonismo de los árabes notables del Califato de Al-Andalus no tardó en renunciar al circo romano, por considerarlo un espectáculo burdo y cruel que ofendía su sensibilidad. Y menos todavía en adoptar como propia la lidia a caballo del toro bravo de Hispania. Aquellos hombres, guerreros circunstanciales y genuinos sibaritas, tenían una vena artística que encontró enseguida en el ejercicio de alancear toros algo distinto que les atrajo, y que llegó a apasionarles hasta el punto de encontrar natural la competencia con los caballeros cristianos en tales prácticas. Parece que incluso Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid Campeador”, en el que, posiblemente Hermoso de Mendoza tenga su más remota referencia, parece que llegó a medirse en justas taurinas con ellos.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2102
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2102 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2102 para Android
Los mozos de espada de la Comunidad de Madrid han celebrado este sábado en la…
Pasadas las dos de la tarde, en un frío y escueto comunicado, la Real Maestranza…
Tras su estreno en Sevilla, la Peña Francisco Montes “Paquiro” de Chiclana ha presentado el…
Se pone fin a la era Pagés tras noventa años como empresarios de la Maestranza
Un accidente de tráfico se ha llevado la vida de este joven novillero, que ahora…
Colombo hará doblete en su tierra, en una feria en la que debutan los jóvenes…