-¿Si te digo que eres ganadero de toreros te molesta?
-Al contrario.
-¿Al contrario?
- Ya lo dije en 1984 en una entrevista. Me preguntaron qué toro quería criar y dije Yo criaré un toro para el torero. No tuve duda. Y siempre he sido fiel a mi idea. Sólo me faltó decir para toreros buenos.
-A mi padre le faltó decir también, interviene Pablo, para los toreros pero con una oreja puesta en el público, hay que escuchar los deseos del público. Como no consigamos emocionar al público estamos perdidos y él eso lo lleva muy a rajatabla, un toro para los toreros pero pensando en el público.
-Así es, retoma la conversación Victoriano. Y eso también lo he cumplido. Nuestros toros no son del todo apetecibles para los toreros por eso mismo. En las plazas importantes no tenemos competencia, los quieren, pero en las otras si pueden ahuecan, si pueden no los matan.
-Eso de ganadero de plazas de primera económicamente es una ventaja.
-No tanto. Yo tengo que vender a todas las plazas ¿qué hago si no con los de cuatrocientos sesenta kilos?... En las de segunda y tercera no me valoran. Dicen que de estos ninguno. En el verano, que torean treinta tardes, prefieren a los que no se mueven, prefieren moverse ellos. Y lo puedo entender.
-Lo contrario a todo lo dicho es ser ganadero de empresario.
-Yo no lo soy. El ganadero de empresario o de público, al final se queda en lo que se queda. Salvo Victorino que ha sido de empresario, de público y de todo los demás ¿a cómo venden esos otros, a dónde venden?...
-Al final es una cuestión de pasta.
-Tampoco. Ahora podría vivir de la ganadería pero yo no le he sacado dinero hasta hace cuatro o cinco años. Aquí no se está por pasta.
-Con la ganadería no se puede pensar que vas a ganar dinero, añade Pablo, porque un día estás arriba y el otro no se sabe. Y tampoco se le puede quitar un duro porque de inmediato lo notan los toros. Nosotros herramos ciento ochenta becerros y lidiamos alrededor de ochenta, noventa toros y eso tiene un coste muy alto.
LAS FRASES MÁS DESTACADAS:
- “Mi ganadería no se parece ni a la de Algarra ni a la de Jandilla. Ni siquiera en el fenotipo. Yo he hecho una ganadería con personalidad propia. Mis toros tienen otro volumen, otras caras, otro comportamiento…”
- “Criamos toros para los toreros pero con una oreja puesta en el público. Como no consigamos emocionar al público estamos perdidos”
- “En las plazas importantes no tenemos competencia, los quieren, pero en las otras si pueden ahuecan, si pueden no los matan”
- “A Aldeano me lo llevé por consejo de El Vito. Pagué un millón de pesetas por un eral sin tentar, más de lo que se pagaba por un toro de corrida. Por Alcaldesa pagué el precio de tres vacas, un millón ciento veinticinco mil… y lo volvería a pagar”
- “En lo que compré de El Torero aparecieron dos versiones, la brava extrema y la muy mansa. Era extraño, igual las había que daban bien con nuestros sementales y mal con los suyos y al revés. La genética es así. Hay sangres contrarias que no ligan y no ligan”
- “Con Los Bayones quisimos convertir en caliente una ganadería fría. Ese fue el error. Además la preferencia por el otro encaste provocó que se generase desconfianza entre las cuadrillas y entre la prensa”
- “A nivel personal encuentras gente inteligente y valiosa entre los ganaderos, pero como colectivo somos un desastre. No pintamos nada. En cuanto los toros salen de tu casa desapareces. En tus toros manda cualquiera menos tú”
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