El Quiebro
Por Ramón Bellver "El Blanco"Por Ramón Bellver "El Blanco"

Las razones de nuestra Fiesta

Ramón Bellver 'El Blanco'
jueves 24 de julio de 2014

Últimamente los periódicos han entrado en una dinámica de intentar crear un referéndum o algo por el estilo para dejar constancia de si la gente está a favor o en contra de la fiesta de Bous al Carrer. Con encuestas y entrevistas manipuladas dejan…

Últimamente los periódicos han entrado en una dinámica de intentar crear un referéndum o algo por el estilo para dejar constancia de si la gente está a favor o en contra de la fiesta de Bous al Carrer. Con encuestas y entrevistas manipuladas dejan una sensación falsa de que sus lectores están en contra. Nada más lejos de la realidad. Algunos de ellos los creía medios serios, pero si mienten con esto, ¿qué harán con el resto de noticias? Todo llegado desde declaraciones en contra de la fiesta por parte de alguna formación política en busca de votos de una falsa mayoría. Ya no sé si es que se aburren o realmente no hay ningún otro tema más importante. A mí se me ocurren unos cuantos.

Y esa postura nuestra de no hacerles caso y dejarlo caer se ha acabado. Hartos de tanta injusticia el aficionado se está moviendo y ya se fraguan uniones importantes de federaciones, asociaciones y peñas taurinas. Somos un gigante dormido que debe despertar, que se vea nuestra fuerza.

¿Y por qué razón debemos mantener y defender la fiesta de los toros en las calles? Desde que el hombre tiene uso de razón, allí donde ha vivido el toro, ha tenido la necesidad de enfrentarse a él. Por mostrar su valía, por el placer de dominar al semidios, de controlar su poder, su fuerza. Un sentimiento primitivo que se mantiene a día de hoy inalterable. Lo llevamos en los genes. Arraigado en nuestra cultura, desde bien pequeños jugamos a correr los toros, y ya con edad capaz arriesgamos nuestra integridad por sentirlos cerca. Es una fiesta por y para el pueblo.

¿Hay algo más popular que un puñado de personas que colaboran económicamente y con esfuerzo en comprar un toro y exhibirlo el día del santo patrón para todos los lugareños y forasteros? Es una fiesta libre, cualquiera puede entrar y participar en ella, los habrán mejores y peores, pero no hay distinción alguna de ideologías, símbolos o razas. Es una fiesta con mucha verdad, puesto que el hombre se enfrenta a la bestia a cuerpo limpio, sin arma alguna. Es una fiesta cargada de emoción, el peligro que tiene el toro es evidente y el valiente que lo desafía pone el corazón en un puño al resto. Es una fiesta que conlleva otras fiestas, la gente se reúne en comidas, meriendas y cenas, suena música de charangas, fuegos artificiales, colorido y ambiente sin igual. Es una fiesta con valores intrínsecos que no se suelen encontrar en otras disciplinas, tales como el valor, el compañerismo, el honor o el respeto. Es una fiesta que deja beneficios económicos en restaurantes, hoteles y demás negocios relacionados, cosa que hoy en día se agradece. Es una fiesta que sirve de escaparate al pueblo para darse a conocer y poder apreciar la personalidad de cada sitio, de sus gentes, de sus formas de vivir, de sus productos típicos. Es una fiesta cargada de tradiciones, de esas que nos diferencian del resto del mundo, de las que nos definen como lo que realmente somos y no como todas esas modas anglosajonas que absorben a la sociedad. Es una fiesta que mantiene y da trabajo a miles de familias en diferentes oficios y labores. Es una fiesta que mantiene ganaderías autóctonas y da salida a otros ganaderos que crían sus toros para las plazas. Es una fiesta que inspira a artistas de diversa índole y es motivo de exposiciones y coloquios que promocionan la cultura.

Y así podríamos seguir dando razones de que lo que tenemos es único. Dicen que aunque hablen mal de uno es bueno que lo hagan, puesto que eso quiere decir que existes y que das de hablar. Pues vamos a dar que hablar durante muchos siglos más.

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