Categorías: Revista

Leyendas y buenos comienzos

Las Fallas levantaron el telón. Feria de peso, la primera de primera, quede claro, el primer trago fuerte, damnificada del G10 -eso ya es seguro pase lo que pase- trailer de un año difícil por tantos y tantos motivos que todos sabemos, todos padecemos. El primer capítulo se escribió bajo el signo del toro y los sueños de tres chavalotes a la caza de su futuro. Los adolfos sacaron nota, dos toros excelentes en una sola tarde hoy día son palabras mayores, dos toros excelentes, a días de cumplir los seis años son datos para una leyenda, ya saben, aquello de que los cinqueños de determinadas ganaderías embisten más y mejor, el resto no pasó de cumplidor con algún espabilado buscador de zapatillas de esos que también en determinadas ganaderías, este es el caso, hacen leyenda.  De los chavalotes  hay que hablar bien. En corridas así cuesta un mundo o no hay que tener sentimientos para hablar mal. Resumo. Esos dos adolfos embistieron por abajo y con ese ritmo que solo tienen los de su ralea. Un gustazo y un descubrimiento para la gente joven. Si saliesen muchos así la casa perdería el favor de los mal llamados toristas. En estos casos, casos de toros tan excelentes, los aficionados tenemos una insana tentación de plantear aquello de si el torero ha estado o no ha estado a la altura del toro. Esta vez yo diría que estuvieron a la altura que cabía exigirles y más. Esteve volvía de la guerra en Perú, habituado a embestidas desclasadas e inciertas que se prodigan por aquellos gaches -pueblos-, tuvo el mérito de no descomponerse ante el trago y hasta de torear de capa con excelente reunión y buen juego de brazos, mostrarse pausado con la muleta y hasta mantenerse firme con el adolfo desclasado que le saltó de segundas. Castaño apuntó que es más que un guerrero destinado a las batallas más cruentas e imposibles. Mientras no le cambie el sentimiento -o se lo cambien- dejó claro que sabe torear con son y recreo, de la misma manera -le va a venir bien- que es capaz de enredarse con los avispados y demás alimañas que le acabarán saliendo al paso. Calvo no tuvo suerte, se quedó sin ninguno de los dos saltillos/joyas que envió Adolfo y aún así dibujó muletazos de los que solo están al alcance de los artistas que saben torear. No creo que le sirva de consuelo pero ese mérito fue suyo.

Lea el artículo completo en su revista APLAUSOS

Acceda a la versión completa del contenido

Leyendas y buenos comienzos

José Luis Benlloch

Compartir
Publicado por
José Luis Benlloch

Entradas recientes

Cinco toros de Victoriano del Río y uno de Toros de Cortés para la sexta cita de San Isidro 2024

Harán el paseíllo Sebastián Castella, José María Manzanares y Tomás Rufo

4 horas hace

Blanca define las ganaderías de su feria de San Roque

El Ayuntamiento de Blanca ha anunciado que la feria taurina en honor a San Roque…

5 horas hace

El Museo Taurino de Bilbao será gratuito el próximo 18 de mayo

En el marco de la presentación de las actividades programadas para el próximo día 18…

6 horas hace

Hermoso de Mendoza y Madrid, sentimientos y números de una leyenda

El rejoneador navarro cierra este sábado su trayectoria en Las Ventas con unas cifras de…

6 horas hace

César Rincón debuta como ganadero en Tovar

El ciclo se celebrará entre el 6 y el 8 de septiembre, y se anuncian…

6 horas hace

Triple puerta grande en Valencia de Alcántara

Este es el resultado de otros festejos celebrados el miércoles 15 de mayo de 2024:…

18 horas hace