Con catorce años rompió la hucha de sus ahorros para venirse a España. Con un poquito de “plata”, un capote y una muleta aterrizó en Madrid para perseguir el sueño de ser figura del toreo.
Es Joselito Adame. Su carrera ha comenzado a tomar vuelo tras el último San Isidro pero hasta entonces, los nueve años que ha pasado en España no han sido especialmente fáciles. Cornadas, una enfermedad hepática y varias injusticias han sido obstáculos que ha tenido que superar con mucha constancia, lucha y sacrificio. Ahora, Adame comienza a ver la luz. El momento por el que tanto ha luchado ha llegado.
- “Dejar todo por el toro fue lo más duro, acoplarte a una nueva vida para buscar ese camino que deseas recorrer”
- “Echaba de menos que no tuviese a nadie esperando en casa ni nadie que me hiciera la comida. Esa soledad es muy difícil”
- “Una inflamación hepática en mi mejor momento supuso un frenazo a mi carrera y aunque me recuperé, nada fue igual”
- “Siempre me machaqué en el entrenamiento sin bajar la guardia y cuando ha llegado la oportunidad he demostrado mi madurez”
