El destino le ha regalado una segunda oportunidad. Y no está dispuesto a desperdiciarla. Su camino ha sido de todo menos sencillo. Una desgraciada lesión cuando comenzaba a dar sus primeros pasos estuvo a punto de bajarle del barco. Pero no se rindió. Creyó en sí mismo y esperó su ocasión. Apostó fuerte, se presentó en Madrid y salió con el crédito intacto. Es un ganador y está dispuesto a demostrarlo.
“No podía con la muleta, se me dormían los brazos. Llegué a pensar en dejarlo si no encontraba solución”
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