-¿Qué es la bravura para ti?
-La lucha y la entrega hasta la muerte. En mi casa un toro que se raja la ha liado. No lo admito. Cuántas vacas que han sido extraordinarias en los tentaderos he mandado al matadero, muchas, pero muchas. Te dices, qué brava, qué brava, lo está siendo en todos los tercios y de pronto mira a las tablas y se raja. Pues la tienes que matar porque luego salen los hijos y hacen lo mismo. Eso, o lo eliminas o acaba saliendo en la descendencia. Y pasa lo mismo con los toros que escarban. O los eliminas de raíz o salen, aunque un toro puede escarbar e ir para adelante y en ese caso lo admito, puede escarbar por los nervios, pero no puede escarbar e ir para atrás.
-En cierta ocasión me comentaste que la bravura es la acometividad y el ataque, mientras que la casta es la salsa, la chispa de la bravura.
-Lo mantengo, que un toro tenga más chispa que otro lo da la casta. Lo encastado interesa más, te da más emoción. Es muy complicado, a lo mejor la gente no está de acuerdo conmigo, pero es mi opinión, si el toro es muy bueno pero le falta casta, le falta mucho. El ingrediente final y definitivo es la casta.
Así arranca una master class sobre bravura de Adolfo Martín, ganadero vocacional. Un señor en el mejor de los sentidos. Hombre de campo con sitio en la ciudad, diría. Sobrio, ajeno a las alharacas, comedido y locuaz a la vez. Rezuma pasión por el toreo, inclinación que le acompaña desde siempre. En la escala de sus devociones incluyan al toro por delante de todo y todo seguido al buen torero. Otra cosa sería traición. Lo lleva en los genes, cuestión de reata en términos camperos. Y en un mundo que se pirra por el marquismo y la simplificación ha defendido lo suyo con carácter y convicción, incluso dentro de la propia familia, iguales pero distintos, con su toque. Eso son sus saltillos en la actualidad, los adolfos, y se les reconoce. Sus valoraciones sobre la cuestión y sus vivencias tienen peso, así que se le escucha con respeto. Se lo ha ganado.
"Si el toro es muy bueno pero le falta casta, le falta mucho. El ingrediente final y definitivo es la casta"
Arrancó la temporada en Madrid con una corrida tremendamente seria - "quizá la más seria que yo he lidiado en Madrid y lo más importante de ello, la corrida interesó", matiza el ganadero- y terminó con dos toros de bandera en Requena, dos de tres sin que el tercero fuese malo. Madroñito, la línea que no falla, y Bonito, un lujazo para el que se pidió el indulto con insistencia, dos modelos de bravura bajo un mismo patrón y ración de salsa (casta) distinta. Digamos que en la variedad está la excelencia. De ese cúmulo de virtudes que le pregunten a Álvaro Lorenzo, que los disfrutó y los aprovechó. Y si hubiese que hacer balance general, el ganadero califica la temporada de corta en plazas, con toros buenos de los de presumir y muy importante en lo que se refiere a los festejos populares, a los que considera el gran asidero de la ganadería brava actualmente…
-Los festejos populares tienen una importancia definitiva para muchos ganaderos. Tienen una fuerza tremenda y están yendo a más. Se van extendiendo por todo el centro, ya no es solo cosa de la zona levantina. Los organizadores tienen mucha ilusión, cuenta con gente joven, chicos y chicas, y eso le dota de mucha vida, de mucho futuro.
-¿Y no te da pena esa preminencia creciente de los populares sobre los festejos formales?
-No. La ganadería como otra actividad debe ser rentable y si no... En muchos pueblos han reducido tanto los presupuestos que las corridas son inviables y ante ese fenómeno los populares se convierten en la salvación, así que cómo me va a dar pena. Además, son la raíz de la Fiesta y actualmente sus gentes muestran una ilusión que en las corridas formales no existe.
-Te comprometo. Si tenemos seis toros de categoría, seis toros de nota… no los echamos a los festejos populares ¿o sí?...
-Por qué no… Si esta gente que paga bien quiere un toro que sea bravo, que vaya y que venga, que humille, por qué no se lo voy a vender. Hay que ser realista. Yo los echo con mucha ilusión. Son un apoyo fundamental.
Adolfo es evidente que concede un mérito especial a los festejos populares. Continúa.
-Con los toros han acabado prácticamente en Méjico y en Colombia y en España lo intentan, esa es la realidad. Afortunadamente en ese ambiente el festejo popular ha dado fuerza a la tauromaquia. Hay capitales de provincia que han pasado varios años sin dar toros y no ha pasado nada, pero a ver quién se atreve a quitar los populares en la Comunidad Valenciana o los encierros en Castilla y León. Ahí, si alguien se atreviese, habría sus problemas. La realidad hace que nos tengamos que apoyar entre nosotros. Las dos versiones de la tauromaquia somos primos hermanos por no decir hermanos y los populares son un escape para que muchos ganaderos puedan seguir. Es lo que veo.
"Si la gente de los populares paga bien y quiere un toro que sea bravo, que vaya y que venga, que humille por qué no se lo voy a vender. Ellos son un apoyo fundamental"
Y en esa realidad, Adolfo valora especialmente la presencia de jóvenes tanto en los populares como en las plazas, al punto que se emociona sacando a relucir la avalancha de la chavalería, chicos y chicas, en las plazas las tardes de Morante y de Roca…
-Ellos son el futuro y eso es lo que nos han querido quitar los antitaurinos. Querían provocar el desenganche y no lo han conseguido. Es una reacción de la gente joven como yo no había conocido.
BANDERA DE BRAVURA
Se puede decir que en Requena ha plantado bandera de bravura y clase. Esa es parte de la grandeza del toreo, que un día sin más, incluso lejos de los grandes escenarios, se enciende la hoguera de la bravura, se desbordan las emociones y ya no caben discusiones sobre la grandeza de la tauromaquia. ¿Los dos toros de Requena son los dos mejores que has soltado este año?, le pregunto.
-No. Aunque los de Requena fueron muy buenos, no han sido los mejores. Los vi por la tele porque ese día estaba embarcando una corrida y sentí la satisfacción desde la lejanía y sí fueron muy buenos, pero no los mejores.
-Elige.
-Madroñito no era bonito, abría mucho la cara y era hijo del toro que me indultaron en Santander. Fue muy bravo, encastado. La madre no vive ya, pero la recuerdo perfectamente, también fue muy brava. Y el último, el catorce, era muy serio, tuvo una gran categoría embistiendo como vio todo el mundo. En un principio no iba a ir a Requena, hubiese sido un buen toro para el año que viene en una plaza de primera, pero surgió un problema con el que había elegido y embarqué ese.
A esas alturas de la entrevista se suceden los recuerdos y Adolfo ajusta al máximo sus opiniones y los detalles de sus vivencias, de tal manera que cualquier atisbo de falta de memoria que me apuntaba al arrancar a charlar es una entelequia. En ese ambiente me cuenta y me cuenta detalles y reflexiones la mar de interesantes, de los que darían de sobra para una velada invernal de chimenea y horario largo.
-De ese segundo toro tengo una anécdota bonita. La única vez que he pedido el indulto de un animal fue para un novillo de esa misma reata. Se lidió en Majadahonda y lo acabó matando Gómez Escorial. Era muy serio y le vi la condición desde que salió al ruedo, fue un espectáculo, se medio mató contra un burladero, iba a todo, lo que se dice un dechado de bravura. El concejal me dijo que no lo podía indultar, que no era reglamentario, pero me lo hubiese llevado en brazos.
"Los jóvenes son el futuro y eso es lo que nos han querido quitar los antitaurinos. Querían provocar el desenganche y no lo han conseguido"
-Me has dicho que los de Requena no han sido los mejores de este año.
-Esos dos han sido muy buenos pero el mejor lo he soltado en Inca. Muy bravo, bravo total. Le tocó a un gran profesional como es Antonio Ferrera, quizás el de más recursos y experiencia del momento. El toro tenía motivos, era de un semental muy bueno y familia de Mulillero, el toro más bravo que he lidiado en Madrid, fue en mayo de 2005…
-¡Ea! Otra exhibición de memoria. Sigamos, los ganaderos tenéis vuestras picardías. Cuando se dice que un toro o dos son muy buenos señaláis a otro como mejor y de esa manera hay uno más en el debate de los muy buenos
-No sé de esas picardías. Lo que te digo es mi verdad, el de Inca fue mejor, me gustó más.
Para esta temporada, me cuenta, en los cercados de Los Alijares -en el momento de la entrevista- queda una corrida de toros que irá a Ubrique y dos encierros completos que soltarán en sendas poblaciones de mi tierra que Adolfo no ha querido desvelar, "que lo digan ellos dónde", me ha dicho en referencia a los compradores.
-Va un encierro muy serio a pesar de que el toro que era más me lo han matado. Este año ha ocurrido algo que no me había pasado nunca, estos días de tanto calor se me han matado cuatro toros que llevaban juntos mucho tiempo, toros que valían para Madrid. Siempre se decía que se pegaban más en invierno, cuando se revolvía el tiempo, pero mira… ha sido un estacazo. Y con las fundas puestas, parece mentira. Les metieron todo el pitón. El de Inca y otro que ha quedado para el año que viene fueron los autores del crimen.
"La única vez que he pedido un indulto fue para un novillo en Majadahonda y lo acabó matando Gómez Escorial. El concejal me dijo que no era reglamentario, pero me lo hubiese llevado en brazos"
-Pena grande.
-Desde luego, pero los ganaderos de siempre estamos acostumbrados a esas cuitas y las aceptamos. No sé cómo reaccionaría un ganadero nuevo, pero los de siempre lo tenemos asumido.
La charla gira hacia la situación del campo en este verano tan tórridamente accidentado y dice que están con mucho pasto, también con agua y con mucha preocupación con esto del fuego, que lo de este año no se ha conocido.
-Los pastizales están de miedo, mucho de los desastres que se han producido es consecuencia de la masa seca que hay en los bosques. Si es que las cunetas están a la altura de las carreteras. Estamos en septiembre y todavía tenemos pasto.
-Digo que ya tocaba, lo de los años buenos después de tanta sequía, pero no hay dicha completa.
-Hemos llevado lo nuestro, los bosques, la pandemia, la reducción de festejos y hemos aguantado como hemos podido, pero han sido años muy malos. Esto se mantiene porque es mi vocación, porque no sé hacer otra cosa, pero a mí me queda muy poco. Tengo setenta y ocho años y acabo de superar un cáncer del que afortunadamente me he salvado y ya no tengo la ilusión que tenía a los veinticinco. En esa situación ya no piensas en ti, piensas en los que vienen, de lo contrario estaría de vacaciones, pero hay que tirar para adelante.
LOS TOREROS
-¿Cómo vas de afición?
-La tengo, pero voy menos a los toros.
-¿Por qué… estás decepcionado?
-Muchas veces vas a una corrida y te dices este no es el toro de aquí. Todos van a bajar el toro y creo que nos equivocamos en eso.
-¿Y te gusta cómo se torea hoy día?
-¡Hombre! Hoy día hay un torero que es el más grandioso que he conocido y eso que está en su vejez.
-¿El de la Puebla?
-El de la Puebla, claro. Lo digo desde la distancia, como aficionado, creo que solo he hablado con él un día que coincidimos en un restaurante de Miajadas. Nos saludamos y no sé si me conoció, pero lo tengo en esa consideración. Mi torero era Antonio Bienvenida, un torero de una naturalidad deslumbrante, grandioso; otro que me gustó mucho fue Antonio Ordóñez; un superdotado en mi opinión fue Paco Camino; un torero de un temple especial El Viti… todos ellos fueron grandes toreros y no los únicos, así que me perdonen los que no cito porque serían muchos. Tampoco sería justo olvidar los que matan mis corridas, gente de un mérito especial, de Ferrera ya te he dicho y otro tanto cabría decir de Escribano, pero lo de este hombre de la Puebla no es normal. Te hablo desde fuera, como aficionado. Lo del Morante de ahora rompe todos los anales por la edad, por cómo torea, por cómo se queda de quieto, por la gente que lleva a la plaza cuando ya no es novedad…
"Hoy día hay un torero que es el más grandioso que he conocido y eso que está en su vejez. El de la Puebla, claro"
-Un día me dijiste que la media verónica de Antoñete y Andrés Vázquez fueron insuperables y no los hemos nombrado.
-Y lo mantengo. Es que la lista de grandes sería interminable.
-¿Crees como se dice ahora que se torea mejor que nunca y que el toro es el mejor de la historia?
-El toro en las plazas de primera está saliendo muy grande. Y lo que sí se ha conseguido es un toro más perfecto que nunca para embestir. Antiguamente salía cada barrabás que… vamos que acababa con el cuadro, con un carácter indómito y encima el caballo que salía era una risa. Ante eso había banderilleros de los de poder con el toro, ese es otro cambio. El toro entonces no se rompía con el caballo, era una caída y otra y otra, no le metían las cuerdas y seguía tan entero y ante eso hacían falta lidiadores que pudiesen con ellos, que los fuesen metiendo en vereda. Hoy sucede al contrario, el caballo puede con el toro y lo que quieren los matadores son lidiadores que peguen pocos capotazos. Te estoy hablando como aficionado.
"Yo no hago el toro para nadie. Si luego le cortan las orejas mejor, pero me debe gustar a mí"
-¿En qué ha cambiado fundamentalmente el toro?
-En que es más bravo, en el sentido que embiste mucho más. Este es más bravo y aquel más fiero, pero si al de antes le pegaran con el caballo de ahora un par de puyazos como les pegan en la actualidad, seguramente se rajarían. Se ha buscado un toro con mucho fondo para soportar esas faenas tan largas como son las actuales. Si es que están toreando hasta que suenan los avisos. Eso a mí no me gusta. El torero tiene que matar el toro cuando aquello está en ebullición, cuando se alcanza el punto máximo de intensidad, pero ahora tienen que estar toreando y toreando y toreando y para eso hace falta un toro con mucho fondo.
"Mis toros antes eran indómitos, más fieros, pero salían menos toros que se pudiesen torear"
-Concretemos.
-Este toro es mejor y más fácil de torear que aquel porque es un toro hecho y seleccionado para ese toreo.
-¿Tus toros han evolucionado también en esa dirección?
-Mejores o peores yo busco el toro que humille porque esta ganadería tiene que humillar y pretendo conservar el temple de saltillo… algunos dicen que les he quitado casta y a lo mejor les he quitado casta, cuando quieres perfeccionar un toro para que sea menos desigual puede pasar. Aquí nunca acabas de lograr lo que quieres, puede que aciertes en la búsqueda del toro que te gusta, pero en ese intento también puedes equivocarte, porque te equivocas muchas veces y en esos casos ¿y sabes cómo lo arreglas entonces?… con el matadero, cuando te equivocas, al matadero.
-¿Podemos decir que te gustan más los toros de antes, me refiero a los tuyos?
-Mis toros antes eran indómitos, más fieros para el público, pero salían menos toros que se pudiesen torear. Que nadie piense que yo he buscado la toreabilidad pero una vaca que no humilla la mato y eso genera toreabilidad. Y el embestir tan despacio como embisten eso va con el encaste de Saltillo. Algunos no lo valoran, lo confunden con la falta de casta cuando es una de sus virtudes. Hablan del toro mejicano, pero es que el toro mejicano tiene esa templanza porque es de saltillo.
-¿En qué momento se encuentra lo de Adolfo?
-Siempre se está intentando mejorar y luego hay temporadas mejor que otras o peores. Aquí no acabas nunca. El bravo exige constancia, hay que estar encima todo el día, no cabe ni pensar en vacaciones… Te digo lo que me pasa a mí, te comento lo que pienso, a lo mejor otros tienen más suerte y hacen vacaciones. La ganadería hay que vivirla intensamente con devoción y fíjate como la he vivido yo, que me cogió uno y me tuvieron veintiún días en la UVI y aquí estoy, no he maldecido nunca al toro.
"Que nadie piense que yo he buscado la toreabilidad pero una vaca que no humilla la mato y eso genera toreabilidad"
-¿A quién se debe el ganadero?
-A nadie. Solo al toro que me gusta. Yo no hago el toro para nadie. Si luego le cortan las orejas mejor, pero me debe gustar a mí.
-¿Y esa independencia, ese criterio, supongo se paga caro?
-El coste es que no me los maten las figuras, pero es que tampoco he buscado eso. Yo selecciono el toro que me gusta a mí como aficionado. Me preguntabas antes por los dos toros de Requena, que cuál de los dos se lo echaría a las vacas, pues te diría que el primero, porque tuvo más chispa aunque el segundo fue sublime. Este me recordó a un 102…




