El fuerte temporal que azota principalmente al norte y centro de la Península Ibérica tiene sus consecuencias en todos los ámbitos, tampoco se libra el mundo del toro. En esta ocasión, las fuertes lluvias que están cayendo sobre Pamplona han afectado a uno de los lugares más emblemáticos, a uno de esos rincones que por tradición e historia, son bien conocidos.
Hablamos de los Corrales del Gas, el sitio donde descansan los toros antes de partir a cada uno de los encierros. Las inundaciones han llegado a cubrirlos casi por completo y el agua ha alcanzado una altura considerable sobrepasando todo cuanto salía a su paso.
La historia de los Corrales del Gas se remonta al siglo XIX. En el año 1861 se levantó una fábrica de gas para proporcionar suministro al alumbrado público y a las viviendas particulares de la Rochapea. Su cierre a finales de siglo hizo posible que el Ayuntamiento utilizara las instalaciones para alojar a los toros castellanos y andaluces que se traían para las fiestas, ya que las ganaderías navarras se ubicaban en los corrales del Sario. Es a partir de este momento cuando se le empieza a llamar Corrales del Gas, que se mantuvieron provisionales hasta 1918 y fijos de aquí en adelante. En 1943 se derribaron los últimos restos de la antigua fábrica y en 2003 se edificaron los corrales actuales.
