La crisis económica que tanto está afectando a la Fiesta también tiene sus aspectos positivos. Uno de ellos, quizás el más importante, es que están desapareciendo del mundo empresarial del sector una serie de logreros y pescadores de río revuelto que convertían un negocio tradicionalmente serio, en un verdadero zoco moruno. Aquellos pseudo empresarios, capaces de organizar un espectáculo taurino en un sembrado para beneficiarse de las subvenciones municipales y de los dineros de las televisiones autonómicas, poniendo en pie y transmitiendo espectáculos taurinamente bochornosos, no tienen ya nada que hacer en la situación actual puesto que ni ayuntamientos ni televisiones pueden continuar disparando con “pólvora del rey”, pues los ajustes económicos han llegado hasta el último rincón de la Administración del país.
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