Los carteles de las últimas ferias sólo han recibido parabienes en su aparición. Madrid y Nimes son los ejemplos, como antes lo fueron Valencia y Sevilla. En todas las ferias han estado todas las primeras figuras, ninguna de las partes implicadas ha gambeteado con sus intereses más allá de lo legítimo a la hora de ajustarse. Esa realidad marca claras diferencias con lo que ocurrió en los últimos años en los que en todos los abonos faltaban varias de las figuras. Seguramente porque las partes, unos y otros, pensaban no necesitarse. Ahora es lo contrario, todos creen que todos son pocos. ¡Es la crisis! y apuestan por aquello de ¡más madera! en este caso es la guerra por la supervivencia.
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