Hace veinte años que viajo a América cada invierno. Conozco Lima, conozco Quito, conozco algo, pero menos, Venezuela, conozco México en su plaza grande; y conozco a fondo Colombia porque fue el país que me enamoró y en el que me sentía más cerca de la Fiesta y su concepto. Colombia es el país que más se parece a España. En todo. En su gente y en su carácter también. Y en su tauromaquia. Y en el toro que tenían y en su pasión por los toreros españoles.
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