El mundo del toro rendirá este sábado en Badajoz un emotivo homenaje a uno de los suyos. Luis García "Niño de Leganés" recibirá el cariño, respeto y admiración de compañeros y aficionados. A pocas horas del festival, hablamos con el torero de plata.
"Va a ser un día muy especial, que el mundo del toro me haya hecho este homenaje en forma de festival es como una recompensa a mi trayectoria, una trayectoria corta pero muy intensa. Lo de mañana quedará para siempre en mi recuerdo", señala orgulloso el banderillero.
"Me siento con un poco de intranquilidad", admite Luis, quien añade: "Desde que se anunció el festival estoy deseando que llegue. Va a haber muchas emociones y espero compartirlas con todos lo que lo hará todavía mucho más bonito".
A buen seguro que mañana, cuando esté rodeado de amigos y compañeros, le vienen a la memoria situaciones y recuerdos inolvidables. "Son momentos de añoranza. Este mundo me ha dado la posibilidad de vivir muchas situaciones bonitas, también otras menos agradables, pero ahora estoy en otra situación. Mi etapa en los ruedos ha finalizado, he cambiado el chip por completo y he iniciado un camino que espero que sea igual o más bonito que el que he podido tener yo en la plaza".
"Mi vida es el toro"- continúa- "siempre he estado ligado a él. Llevo al toro muy dentro, me apasiona y me enamora y es un mundo donde me siento reflejado y realizado. Estoy orgulloso de ser torero".
Una grave cornada sufrida el último Domingo de Resurrección en la Maestranza le apartó de los ruedos para siempre. Cuestionado sobre si le guarda rencor al toro, responde: "No. Ninguno. No soy rencoroso, al contrario, agradezco al toro todo lo que me ha dado, y una prueba de lo mucho que me ha dado es el festival de mañana. Es evidente que me hubiera gustado finalizar mi carrera más tarde y de otra manera pero esto es así. Todavía me quedan muchas cosas por hacer en el toreo y espero que sean a partir de ahora", señala quien desde este invierno dirige la carrera profesional de una de las promesas del escalafón de novilleros, Ginés Marín.
A pesar de las secuelas que le dejó la cornada de Sevilla no ha aparcado los trastos de torear. A pesar de los impedimentos físicos, Luis García suele "coger de vez en cuando los trastos. Los cojo pero solo para tenerlos en la mano, no puedo hacer mucho más porque pierdo el equilibrio y no puedo poner los pies como me gustaría, pero me gusta tenerlos en la mano porque siempre los he tenido. Me gusta sentirlos".
Sobre su estado, el torero de plata confiesa: "Sigo medicándome para controlar el dolor en el nervio. Tengo una parálisis y una cojera visible pero todo está estable dentro de lo que tengo. No va a mejor ni a peor y no sé si en un futuro mejorará o no", concluye.