Una auténtica macedonia de toros fue la decimosegunda corrida del San Isidro de 2012. Embestir, lo que se dice embestir, sólo lo hizo el tercero de la tarde...
Una auténtica macedonia de toros fue la decimosegunda corrida del San Isidro de 2012. Embestir, lo que se dice embestir, sólo lo hizo el tercero de la tarde y primero del lote de Morenito de Aranda, que aunque tarde se percató de que tenía un buen pitón derecho y se ajustó con él cortándole una oreja tras una decorosa estocada. La actuación de Morenito, un gran puyazo del mexicano Nacho Meléndez y dos soberbios pares de rehiletes de Luis Carlos Aranda fueron los momentos de mayor brillo de una corrida larga y tediosa, en la que salieron a la plaza nueve toros. La veteranía del azteca Zotoluco chocó contra dos muros de carne mansurrona buscando el bulto. Diego Urdiales tampoco tuvo ocasión de lucimiento por causas parecidas y el triunfo fue para Morenito, que de haber conseguido someter al sexto, que tuvo en violento y desabrido la movilidad de que carecieron el primero, segundo, cuarto y quinto, y con el público a favor, podría haber abierto la puerta grande.
En fin, una tarde más en la que ha faltado la materia prima adecuada para la ejecución del toreo templado y por abajo que gusta al público actual. Claro que cada toro tiene su lidia, pero no con todos se pueden poner bonitos los lidiadores ni correrles la mano con suavidad y temple. El muestrario de ganaderías lidiado hoy en Las Ventas ya lo habrán leído ustedes en la crónica de nuestra redacción. Como nota anecdótica, muchos mexicanos en los tendidos. Entre ellos mi amigo Miguel Espinosa “Armillita”, que por cierto parece que tiene un sobrino que viene arreando.