Para los momentos de crisis da la impresión de que se ha inventado la esperanza. O sino, ¿cómo te explicas que cuando más complicado lo tienen los chavales aparezcan dos docenas de futuribles no solamente muy buenos sino, encima, con personalidades muy diferentes? Buenos y distintos. Es como si la dificultad estimulara porque todos recordamos que en la época de las vacas gordas y los ponedores que llegaban a la Fiesta con un fajo de millones, otro de desconocimiento y un tercero de descaro, se inflaba la cabeza del escalafón de novilleros muy impersonales o muy malos. Ahora sin embargo todos tenemos, también tú y yo, media docena de chavales que nos apetece mucho verlos crecer.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1929