Magdalena y Fallas: atémonos los machos

Escamparon las incógnitas en Valencia y Castellón si es que quedaban incógnitas que aclarar. A estas alturas intentar guardarse carteles y ferias es como querer ponerle puertas al campo. Pura quimera. Los toros y los toreros son los que se sabían y los que no se sabían se intuían. La resistencia de las figuras a acudir a La Plana la ha resuelto con buen tino Patón. Se cogió al flotador del toro, buen flotador, y ha acabado sacando adelante un abono de buen nivel al que no le caben más peros que los gustos personales de cada cual. En ese sentido vendría ni que pintado aquello de que de la necesidad hizo virtud y acabó cambiando los caprichos de las figuras por la verdad del toro, retiró la alfombra de las estrellas y extendió el asfalto de las bases y a poco que las teorías sobre los gustos de la tierra sean verdad, aquello de que La Plana bebe los vientos por el toro que corre en sus calles, la nueva fórmula debe tener premio.

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