El francés considera que con este indulto responde a los que no han confiado en él esta temporada. Quedarse fuera de Nimes ha sido uno de los puntos más negativos de este 2010.
El francés Marc Serrano puso el pasado domingo un broche de oro a su temporada 2010 indultando un novillo de Olivier Fernay en el festival celebrado en la localidad francesa de Rodilhan. Una culminación que le ha dado moral para encarar mucho más animado este invierno. "La sensación de perdonarle la vida a un animal es algo extraordinario que no todos los toreros pueden experimentar. En mi caso se trata del segundo indulto de mi carrera. El primero fue un toro de Millares, en 2006. Y las dos veces me ha colmado de felicidad", asegura.
Sin embargo, en esta ocasión supone un logro todavía más especial "ya que los ganaderos son amigos míos, pero es que además he estado hasta en dos ocasiones a punto de indultar dos animales de esta misma casa y, por unas circunstancias o por otras, al final no pudo ser. Esta vez sí. A la tercera ha sido la vencida".
Serrano asegura que "Deheso" -nombre del novillo indultado- se mereció el perdón debido a que "fue un toro muy bravo, con mucho motor y que no se vino abajo en ningún momento. No fue fácil -continúa-, hubo que ir metiéndole poquito a poco en la faena, pero fue un gran toro. Al principio no me había dado cuenta de la reacción de la gente, pero cuando fui a por la espada y vi cómo el público pedía el indulto, vi que por fin se veía materializado uno de mis sueños", afirma.
Para Marc ha supuesto un edulcorante a una temporada que, aunque ha sido "muy especial para mí", ha tenido algunos momentos amargos. "Quedarme fuera de Nimes, de mi tierra, ha sido muy duro para mí. Todavía no entiendo por qué, pero las cosas se han de aceptar como vienen y demostrar, cuando se presenta la oportunidad, que se han equivocado dejándome fuera. Este indulto ha servido de respuesta a las injusticias que se han cometido conmigo".
