Cataluña es taurina y no es una sentencia absolutista, es una realidad. No habrá corridas de toros actualmente, pero la llama del toreo sigue viva. Barcelona, Tarragona,... son varias las ciudades en las que se habla de toros todo el año con actos, hay una escuela taurina en la capital y muchos festejos populares, en las tierras del Ebro o en Cardona, pero los aficionados no pueden ir a la Monumental, por el momento. Pues con todo a la contra ahora, Cataluña tiene un nuevo torero. El Circuito Valenciano le acogió, y Mario Vilau devolvió ese capote ganando el certamen, y este domingo se proclamó vencedor de la Liga Nacional de Novilladas. El de Hospitalet de Llobregat gustó, convenció, y reivindicó una cultura taurina que le niegan en su tierra natal.
No faltó ese guiño catalán en la disputada final de Sanlúcar de Barrameda. Tras la vuelta al ruedo, aficionados catalanes -desplazados hasta tierras gaditanas- arrojaron a Vilau una bandera de Cataluña en la que se pudo leer el lema: "Llibertat per a la nostra cultura", en catalán, "Libertad para nuestra cultura" en castellano. Más de mil quilómetros separan Sanlúcar de Barcelona, pero no fue ese impedimento alguno para mostrar, en la plaza y a través de la televisión, que hay una tierra que varios años después sigue reclamando libertad.