El alma máter de la vuelta a la actividad de El Batán es uno de los “padres” de la clásica escuela taurina, que se inauguró en tiempos de Tierno Galván: Enrique Martín Arranz. Un personaje misterioso que apoderó a figuras del toreo como Joselito (a quien considera su hijo), José Tomás y Pablo Hermoso de Mendoza, pero que llevaba desaparecido más de 12 años. Arranz fue el que más ahondó en el conflicto con el Ayuntamiento en la presentación de Tauromaquias Integradas celebrada este miércoles en el Wellington: “Lo último que nos dijeron es que quieren que en El Batán se compaginen actividades distintas al toreo. En la última reunión les llevamos la Declaración de Bien de Interés Cultural del año 2010 que expresamente dice que el uso debe ser exclusivamente taurino. Queremos recuperar toda la actividad de El Batán pero sin ningún tipo de condición por parte de Manuela Carmena”. Por lo tanto la actividad que puede albergar El Batán es de carácter docente y expositivo, siempre relacionado con la tauromaquia.
Según Martín Arranz la situación es la siguiente: “Estamos intentando que el Ayuntamiento esté dispuesto a ceder la explotación de El Batán a una fundación sin ningún tipo de condición, para que nos permitan llevar animales y desarrollar la actividad para la que fue creada, de momento tienen reservada una partida de 800.000 euros para arreglar la cafetería y quieren llevarla a cabo”. Hubo un momento en el que el Ayuntamiento se entendió con Arranz pero todo se estropeó cuando intentaron organizar un tentadero de vacas: “En ese momento explotó todo, pero tengo esperanzas en que nos entendamos. De momento hemos registrado nuestra asociación en el Campus de Asociaciones de la Casa de Campo que ha convocado Carmena, para que sean conscientes de que nuestra actividad continúa”. El objetivo es claro: “Queremos convertir esas maravillosas instalaciones en el centro del toro en Madrid, que sea una referencia, un lugar donde promocionar la tauromaquia, un lugar de encuentro entre las distintas formas de amar al toro”.
Con respecto a la escuela, Martín Arranz considera que lo ideal sería refundarla: “Lo mejor sería hacer una nueva escuela que se llame José Cubero “Yiyo”. Pero una escuela de verdad, no como esa que han hecho en Las Ventas para salir del paso. La escuela debe volver a dónde siempre ha estado, que para eso se construyó”. El Batán no depende de la Comunidad de Madrid, aun así Martín Arranz dijo esperanzado: “Ojalá Cifuentes nos ayude a salvar el Batán”.