No oculta que su guerra es con él mismo y con lo que sea capaz de hacer día a día delante del toro. Su discurso revela un conocimiento de las normas del sistema en las que prefiere no pensar pero sí superar a base de crecer y avanzar en la profesión. Cree en las sensaciones y mucho más en el estado de ánimo como maquinaría de superación personal. Reflexiona sobre lo que está consiguiendo y pone el acento en que le gusta sentirse medido y exigido porque se siente capaz frente al toro. Le late por dentro Sevilla, una plaza en la que dejó huella en 2012 y donde quiere terminar de entrar ahora.
- “Lo que más satisfacción me produce es haber sabido posicionarme en las ferias en la época más complicada para hacerlo, cuando la crisis empezaba a asomar”
- “Cuando triunfas el sistema sigue existiendo pero todo es más fácil. Sobrevivir en el toreo es lo más complicado pero depende de uno mismo. Aquí sólo sirve mirar hacia adelante”
- “En Valencia me quedo con la dimensión que mostré y con las sensaciones que me llevé. El problema es que cuando no se cortan orejas la idea o el resumen que queda es que no ha pasado nada. Y sin embargo hay tardes en las que sí pasa”
- “Cuando las sensaciones son buenas y son de verdad, son un reflejo inequívoco del momento que atraviesa uno”
Lea la entrevista completa en su Revista APLAUSOS
(Foto: Rullot)
