Las cosas como son. Aquí, en la belleza taurina de Sevilla, hubo ferias que pesaban como el plomo. Mucho escaparate y poco fondo. Mucho toro torerista y mucha paciencia y sopor vacía de emociones. Este año, sin embargo, las cosas han mejorado y la feria ha tenido días de vino y rosas, aunque arrancara con los toros de Torrestrella, en tono menor, con un Garrido a medio gas, un Joaquín Galdós -el otro peruano- escalando posiciones con su clasicismo barroco y dejando una estela de personalidad muy peculiar. En otra línea muy distante de su paisano Roca Rey. Y más ánimo que oficio, como es lógico, en Alfonso Cadaval, el hijo del gran Moranco, con más ilusión que oficio. Y eso se nota. Torear también es un oficio que madura o pudre. Alfonso lo que necesita es torear y encontrar el fondo de su toreo. Pero su segunda corrida como matador, y las dos en la Maestranza, solo son preámbulo de lo que sueña en su bisoñez taurina.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2172
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2172 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 2172 para Android
Acceda a la versión completa del contenido
Momentos mágicos en Sevilla
El sevillano bordó el toreo con la mano izquierda frente al sexto, un remiendo de…
Los tendidos y barreras de la plaza de toros de Las Ventas se llenaron de…
Iván Magro, Sebastián Fernández y Luis Pimenta, triple puerta grande en Campanario
Se colgó el cartel de "No hay billetes" para ver a Morante de la Puebla,…
El extremeño cuaja una faena de menos a más al buen cuarto de El Pilar…
El sevillano deleita a Las Ventas cortando una oreja al sexto y malogra con la…