Morante de la Puebla ha sido atendido en la enfermería de la plaza de toros de Marbella de una "herida incisa en el parietal derecho y una contusión en el glúteo mediano de la cadera derecha" y ha sido infiltrado tras haber sufrido una dura voltereta cuando estaba cuajando un faenón con la plaza en pie al cuarto toro de Garcigrande en la Corrida de Candiles.
El percance sobrevino cuando el diestro sevillano se abandonó tanto, que recibió una voltereta que pudo salirle muy cara y le mantuvo cojo el resto de la faena sufriendo una brecha en la cabeza. Volvió a la cara, y firmó una tanda que fue una oda al que inventó el círculo, el redondo, sí, hablando en geometría, qué barbaridad de muletazos. ¡Qué largura! ¡Y qué manera de componer! Y el detalle...
El pase de pecho que remató dejándole la muleta en el lomo al toro. Montó la espada, hizo ademán de venirse el toro y no se arredró, ni rectificó, le echó la muleta y dejó una gran estocada que provocó la locura en los tendidos y, cómo no, puso en sus manos las dos orejas y el rabo del toro. Al finalizar la templada, pero feliz, vuelta al ruedo, pasó a la enfermería. El parte médico completo es este:
PARTE MÉDICO DE MORANTE DE LA PUEBLA: "Herida incisa en el parietal derecho. Contusión en el glúteo mediano de la cadera derecha. Ha sido infiltrado con analgésico y anestésico intramuscular local. Pronóstico leve".