Juan José Padilla, a la muerte del toro que abrió plaza, expresó a los micrófonos de nuestros compañeros de Taurodelta.tv: "El toro tenía obediencia al toque y buen fondo de nobleza, pero perdía las manos al final del muletazo y ya con el capote no me lo han perdonado. Torear la Beneficencia es un sueño cumplido. Estoy agradecido a mi profesión por todo lo que estoy viviendo. Es un regalo de Dios". Luego, tras despachar al cuarto, que le volteó, señaló: "Sabía que el toro no era de triunfo, pero de apuesta sí. No podía dejarme dentro nada y por lo menos debía justificarme".
Morante de la Puebla, al término de su actuación, afirmaba: "Se hizo lo más difícil, el inicio y meter a la gente en la faena, pero el toro se paró y se rajó. No es que tuviera mucha clase pero se movía y tenía fe en que se moviera bien. Son tardes que se ponen muy cuesta arriba y no puedo dar lo que el aficionado espera de mí y aún así siento el cariño y el apoyo de la afición. Madrid requiere un toreo muy depurado y para eso hace falta un toro que presente unas mínimas opciones". Sobre su primero, expresó: "Con el toro anterior no he tenido opciones para presentar mis credenciales".
Por su parte, Sebastián Castella resumía: "No ha tenido ninguno condiciones, pero había que apostar porque estamos en Madrid y a un nivel que exige hacerlo".
