Como si presintieran el fin del mundo, todos andan raudos a colocarse a cubierto. La pregunta absoluta es: ¿con quién me voy, con quién me arreglo, con qué equipo juego? Hay un brutal movimiento individual buscando, lícitamente, cada cual el que supone mejor acomodo para el futuro inmediato. Para ese futuro tan inmediato como incierto.
