El 23 de noviembre de 1912 vino al mundo en la localidad sevillana de Dos Hermanas Manuel Mejías Jiménez, Manolo Bienvenida en los carteles, el mayor de los seis hermanos que dieron lustre y categoría a una de las dinastías toreras más importantes de la historia.
La dinastía, fundada por otro Manuel Bienvenida (Manuel Mejías Luján), notable banderillero del segundo tercio del siglo XIX, y continuada con su hijo Manuel (Manuel Mejías Rapela), más conocido como el "Papa Negro", empieza a cobrar verdadera trascendencia con los seis hijos toreros que tuvo el que así apodara un día el crítico taurino Don Modesto.
Manolito Bienvenida fue el mayor de esos seis hermanos. La tradición familiar le impuso el apodo, aunque no naciera en Bienvenida (Badajoz), como sí lo hicieran su padre y su abuelo. Tras forjarse como becerrista en tierras americanas -sobre todo en México y Perú- a mediados de la segunda década del pasado siglo, regresaron a España en 1928, cuando la ley les permitía torear.
Su despedida como novillero tuvo lugar en la plaza de Lima, donde estoqueó en solitario seis novillos la tarde del 21 de abril de 1929. El 30 de junio de ese año tomó la alternativa en Zaragoza (al igual que su padre) cuando aún no había cumplido los 17 años. Antonio Márquez fue el padrino de un doctorado que confirmó en Madrid el 12 de octubre siguiente con Marcial Lalanda como padrino. "Mahometano", de Antonio Flores, fue el toro de la alternativa -le cortó el rabo-, y "Huerfanito", de Alipio Pérez-Tabernero, el de la confirmación.
Torero largo, figuró entre los más importantes de su época -la de los años 30- y alternaba sus actuaciones entre España y América, que tan importante fue en sus comienzos. Compitió con todos los toreros del momento, especialmente con Domingo Ortega, con quien compartió, al igual que con su hermano Pepe, muchas tardes de gloria.
A mediados de julio de 1938 le detectaron un quiste en la parte baja de la espalda que le obligó a guardar cama y del que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Tras la operación, a los pocos días, el 31 de agosto concretamente, falleció en San Sebastián, ciudad en la que veraneaba su familia y donde sufrió tanto la enfermedad como la operación.