La pincelada del director

No hay que bajar los brazos

José Luis Benlloch
lunes 03 de octubre de 2011

La resaca de Barcelona que entiendo como un ¡Hasta luego!, pensar un desenlace más radical como el ¡adiós! sería una invitación a bajar los brazos, se está cociendo a fuego lento. La coyuntura económica y por derivación -de deriva- coyuntura social que sufre el país ayuda tanto como perjudica. Una familia pasando necesidad puede convertir en aparente frivolidad una acción social a favor de la corrida; una familia pasando necesidad para alimentar a sus hijos convierte en una irresponsabilidad, una sobre otra y sobre otra mil, desviar fondos públicos para pagar indemnizaciones por no dar toros. A propósito, ¿cuántas y cuántas corridas y festivales se habrán dado en Barcelona y en el mundo para paliar necesidades sociales y vitales en las que el toreo ha metido el hombro y sus gentes la vida por ayudar?… pero no es cuestión de implorar caridad o predicar nostalgias, sólo se trata de imponer el pragmatismo económico y exigir derechos constitucionales del rango de la libertad de mercado, libertad de pensamiento, de trabajo, igualdad...

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