Decía mi vecino Serapio que “lo que es no para” y que “de lunes a martes no va nada”. Y tenía más razón que un santo. Rubalcaba nos engañó y Wert nos da pases de salón. Estamos aviados. De la mano de estos que nos fallan más que una escopeta de caña, sus antecesores que nos utilizaron en busca del voto perdido y los de Podemos que, pese a lucir liderazgo coletudo, no parecen estar por la labor ni mucho menos, la fiesta de los toros, que ya es el patito feo del arte y la cultura carpetovetónica, camina hacia su desfiladero de las Termópilas. Entendido como símbolo de una batalla perdida de antemano.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1937
