Conste que no me doy por aludido, puesto que pese a lo mucho que he leído y oído sobre cómo y cuándo va a comenzar su temporada el desde ahora para mí “innombrable”
Conste que no me doy por aludido, puesto que pese a lo mucho que he leído y oído sobre cómo y cuándo va a comenzar su temporada el desde ahora para mí “innombrable”, para evitarme males mayores, no he escrito ni una letra sobre él no sea que me lleve a los tribunales de justicia, el por supuesto ni colega ni amigo señor Boix. No puede ser mi amigo porque no he tenido el disgusto de cruzar jamás una palabra con él y después de ver cómo se expresa respecto a los periodistas, colega tampoco me parece, porque un periodista no habla así de sus compañeros de profesión. Lo dicho, estamos en plena “rebelión de los gladiadores”. Le faltaba a la zapatiesta del G-10 con los empresarios y las televisiones el arrebato del señor Boix, que arremete como una furia (¡qué acaloro!) contra la empresa de Sevilla, por la que, según dice, “ha sido repetidamente castigado” su torero. Algo habría hecho digo yo, porque a mí, aunque a mi padre le decía que no, siempre que me castigaban en el colegio era porque había hecho alguna barrabasada. También niega que le hubieran “dado todo”, cosa que es cierto porque Ramón Valencia dijo que le habían “ofrecido todo”, lo que parece igual pero no es lo mismo. No es de creer que en ese “todo” figurara La Giralda, pero dadas las pretensiones del señor Boix no sería de extrañar que la pidiera si se diera el caso, que no se dará, de una futura negociación con la empresa de la Maestranza. Amenaza Boix con que el “innombrable” se va a querellar hasta con el lucero del alba por hacer cábalas sobre dónde y cuándo toreará. Para el susodicho está claro que “el buen paño en el arca se vende” y “más vale llegar a tiempo que rondar un año” ¡Qué pérdida de tiempo y energías, Dios mío! Con lo que a mí me gustaría que el “innombrable” empleara un poco de ambas cosas en torear victorinos, cuadris, aguirres, adolfos, palhas, miuras y hasta algún Fuente Ymbro. Y en competir con los “diez ges” y algunos otros de menor graduación pero que también tienen derecho a ver al monstruo de cerca y vestido de luces como ellos. ¡Qué genio, el del apoderado en cuestión! Claro que hay que perdonarle la intemperante salida de madre porque, al fin y al cabo, “innombrable” no hay más que uno y a ti te encontré en la calle, como dice la canción…
